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“Chupeteee..., señor chupete, niñucha chupete”, son palabras que dice hasta el cansancio Alejandra Crisóstomo (77) todos los días en una esquina del Puente Colonial de Ascensión a los transeuntes que circulan por el lugar para ganar algunos céntimos.

Así como Alejandrina, existen varios ancianos que deben salir a las calles para ganar algunas monedas y subsistir en esta cruda ralidad.

Conmovedor. La abuela sale todos los días de su casa de material rústico, donde vive sola desde que sus hijos fueron a buscar un mejor futuro para ellos. Al verse abandona trata de buscar cualquier trabajo, pero con la edad que tiene solo consigue un empleo de vendedora de chupetes.

Felizmente para Alejandra el día soleado le permite tener varios compradores, quienes al verla angustiada por temor a que se derritan los helados le compran varios helados.

“La señora es conocida por los vendedores del puente, hasta la vieron varias veces llorar cuando no puede vender sus helados a causa de la lluvia o en ocasiones cuando los helados se derriten a causa del calor porque la dueña que le entrega los chupetes para vender solo le paga lo que vende”, dijo una de las vendedoras del lugar.

Llega la tarde y Alejandra recibe algunas monedas que equivalen a la venta del día pero que no cubren sus necesidades básicas.

“Son 5 años que llevo vendiendo chupete todos los días, si personas que tienen alpacas en las alturas el gobierno les da dinero entonces proque yo no puedo recibir (refiriendose al programa del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) – Pensión 65), hasta que se acuerden que existo seguiré vendiendo mis helados”, dijo la anciana quechua hablante, quien se alejaba de su lugar de trabajo en dirección a su domicilio para descansar con la llegada del ocaso.

Esfuerzo de Madre. Recorriendo las calles, podemos ver desde las seis de la mañana a Fortunata Rubina Huamán vendiendo sus panes en el cruce del jirón José María Chávez y la avenida Celestino Manchego Muñoz. La señora de 65 años manifiesta que todos los días se tiene que levantar a esa hora para vender panes y llevar dinero a su casa.

“Son más de 25 años que trabajo llevando mis canastas de panes a esta esquina para vender, con este oficio he labrado un futuro para mis hijos, quienes aun no trabajan por la falta de ofertas laborales y se “cachuelean” con empleos temporales”, manifestó Fortunata, quien suplica por este medio a las autoridades que la quieren sacar del lugar por no tener un carrito para llevar panes por la falta de recursos económicos.

“Solo consiguo el dinero suficiente para llevar la comida a mis hijos”, expresó.

Así como Fortunata y Alejandra, existen más de 300 ancianos en la región que deben salir a las calles y buscar un oficio para tener algo que comer, hasta que el Estado se entere de su existencia y recién los incorpore en los programas del Midis.

Dato.

Más del 15% de ancianos de la región salen a la calle para pedir limosna para poder comer.

Inscribiendo. El representante del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social en Huancavelica, José Dulio Gómez Vázquez, aseveró que existen adultos mayores que no se atreven a acercarse a los programas del Midis, por desconocimiento o por otros motivos.

“Por medio del Sisfoh (Sistema de Focalización de Hogares) podemos ayudar a los ancianos a recibir un dinero para que puedan vivir sana y tranquilamente; exhortó a los vecinos, familiares o conocidos de abuelitos que viven en condiciones humildes o precarias a ayudarlos a inscribirse en nuestros programas (Pensión 65) para que vivan en mejores condiciones”, explicó Gómez.

Un apoyo. De los más de 50 ancianos que reciben alimentos en el Centro de Desarrollo Integral de la Familia (Cedif), cuatro trabajan dendiendo helados o dulces.

“Es triste ver a nuestros abuelitos esforzándose diariamente para ganar algun dinero que les será de utilidad en su hogar, vendiendo chupetes en las esquinas o dulces por las calles;al menos, al estar inscritos en el centro pueden recibir alimentación de lunes a viernes”, expresó la responsable del Cedif, Felicia Vera, quien invocó a la población a llevar a ancianos decondición humilde al centro para que sean atendidos.

Presupuesto. Aunque es mínimo el presupuesto que maneja Bienestar Social de la Municipalidad Provincial de Huancavelica, este dinero es usado para dar apoyo a quienes más lo requieran luego de una coordinación con el alcalde y el gerente municipal.

“Existe un presupuesto destinado para cuando se requiera emplear en favor de las personas más necesitadas, si conocen a un anciano que requiera ayuda, traten de traerlo a la oficina para evaluar su caso y ofrecerle el apoyo debido”, expresó Néryda Paitán Ramos, responsable de Bienestar Social de la MPH.