Año escolar 2021: retos para las clases virtual y presencial

El próximo 15 de marzo los menores volverán a sus aulas virtuales, después de una temporada de lecciones aprendidas y errores por corregir debido a la pandemia del coronavirus.

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El gran reto del nuevo año escolar remoto no será reemplazar completamente a la presencialidad -porque es imposible-, sino mejorar las posibilidades que ofrece la tecnología para que los alumnos sigan estudiando de manera adecuada.

La lista de útiles escolares ha cambiado por el contexto. Se mantienen los clásicos e importantes cuadernos, lapiceros, colores, libros. Ahora también están las tablets, laptops, computadoras, celulares y, por supuesto, la conectividad a internet.

Sin embargo, la tecnología no puede supeditar a las estrategias educativas. Los alumnos no pueden ir al ritmo mecánico de los aparatos, sino que deben aprender con originalidad, curiosidad y criticidad, sostiene el exministro de Educación, Idel Vexler.

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“Necesitamos plataformas de cooperación y comunicación, recursos digitales, herramientas tecnológicas, pero también una experticia pedagógica y metodológica para el buen desarrollo de cada una de las clases”, aseveró.

El también extitular de Educación Daniel Alfaro señaló que los materiales físicos son importantes para la lectoescritura, sobre todo en primer grado. “Es determinante esa función motora cognitiva para desarrollar posibilidades de aprendizaje en el futuro. Si en determinadas edades no hay ciertos logros, luego se hace más complicado revertirlo”, apuntó.

Conectividad. Vexler estimó que las clases virtuales podrían extenderse hasta julio y recomendó las plataformas de Google G Site y Microsoft 365, así como el uso de presentaciones, hojas de cálculo, videos, correos electrónicos, entre otras herramientas, para las sesiones educativas en colegios.

“Esto también debe ampliarse, en la medida de lo posible, a la escuela pública. No basta usar radio y televisión. La web de PerúEduca debe preparar clases virtuales porque ahora un 40 o 50% de los alumnos de la escuela pública podrían ya interconectarse”, manifestó.

“Aprendo en casa” también será una opción viable, con una mejora en contenidos, pero se debe apuntar a más, en especial a que la brecha digital no se siga ampliando.

Según Alfaro, se debe asegurar la conexión a internet o acceso a herramientas como tablets, que deben ser entregadas a las zonas urbanas y rurales más necesitadas.

En la región Lima, en este sentido, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) informó que 255 colegios contarán con internet de alta velocidad desde el próximo mes, como parte de su proyecto de conectividad y desarrollo social (ver Infografía).

“El problema con la educación a distancia son los instrumentos. Tenemos un bajo porcentaje de familias que tienen acceso a estos medios. No solo es importante la recepción del millón de tablets, sino también aprender a usarlas. Para esto es vital la guía del docente”, indicó.

EMOCIONES. Los especialistas, además, coincidieron en que se debe prestar más atención al tema socioemocional de los escolares.

El cambio drástico de las rutinas por el coronavirus, la incertidumbre, el miedo, las preocupaciones de los padres afectan a los menores. De acuerdo con el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), 7 de cada 10 adolescentes tienen problemas emocionales cuando sus cuidadores presentan depresión.

“No perdamos de vista a los adolescentes. Es un periodo de vida donde uno está desarrollando y construyendo el carácter, la personalidad. Hay mucha inseguridad porque estás afrontándote a definiciones claves de tu vida. Tenemos que acompañarlos con diálogo, acercamiento y afecto”, señaló Alfaro.

En tanto, Carlos Morales, psicólogo educacional del colegio Markham, sugirió transmitir información positiva a los escolares, porque suelen cargar más la mochila de problemas por el contexto sanitario que se está viviendo.

“No es bueno que los chicos presencien discusiones, problemas laborales, familiares o noticias deprimentes. Hay que tener cuidado con eso porque, al no saber lidiar con esas emociones, se frustran y pueden darse casos de depresión, ansiedad, ataques de pánico”, explicó. Precisó que se les tiene que asignar deberes en el hogar y actividades que les ayude a despejar la mente ante la sensación de encierro y la falta de contacto social.

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