El miércoles 26 de febrero Elena Gallegos Mamani (33) se despidió de su hija de siete años y se marchó hacia Majes a perseguir el sueño de un terreno propio. Elena no regresó a su casa. Pedro Flavio Ccarita Ccarita (63) dejó a su familia para ir al mismo distrito. Ninguno de sus ocho hijos y su esposa se extrañaron por su partida. Sin embargo, Pedro tampoco volvió a su hogar.

Aquel día, por la mañana, cerca de 2 mil personas intentaron quedarse en terrenos pertenecientes a la Autoridad Autónoma de Majes (Autodema), en El Pedregal. Provistos de palos, hondas y huaracas se agruparon para repeler la ejecución de una orden de desalojo dispuesta por la autoridad. Cuarenta matones, contratados por la asociación de ocupantes ilegales, tres de ellos armados, iniciaron el enfrentamiento que terminó con las dos muertes y seis heridos. A Pedro y a Elena los mataron balas perdidas.

Con estos son siete los fallecidos en incursiones de invasores en diferentes puntos de la región. La anarquía y la ilegalidad imperan en las zonas donde inescrupulosos se enriquecen con el tráfico de lotes a la vista y paciencia de las autoridades, cuya omisión linda con la complicidad.

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