Los caminos del interior del país están compuestos en una gran parte por trochas, las cuales, en épocas de lluvia se convierten en un peligro para los conductores y pasajeros ya que aumentan la posibilidad que el vehículo quede atascado.
Así sucedió en Cajamarca, dónde una van de pasajeros quedó varada en el barro y con pocas posibilidades de continuar su camino en corto tiempo. Sin embargo, gracias a la ayuda de unos campesinos que pasaban por la zona lograron continuar con su camino tras horas de espera.
Para rescatar al chofer y los pasajeros, los campesinos no tuvieron mejor idea que utilizar a sus bueyes, a quienes los amarraron a un yugo y de ahí, con su gran fuerza, lograron remolcar la van del lodo y permitirle continuar con su camino.