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El desprendimiento de lodo y piedras que dejó a más de noventa familias sin un lugar donde vivir, y cobró la vida de una persona, hace una semana, es solo un ápice de lo que sufren los pobladores de Chosica y Chaclacayo día a día. Unos 80 mil vecinos de estos distritos se encuentran en alto riesgo de perderlo todo ante un huaico o morir en el intento. Hace 28 años eran 40 mil según un reciente estudio elaborado por Defensa Civil de la Municipalidad de Chosica.

Desde 1925, nueve huaicos se han producido en Chosica con graves consecuencias. Pese a tan fatal sino, hoy 2015, doce asentamientos humanos han levantado sus viviendas desde hace 45 años en las 15 quebradas topográficas de alta actividad y desprendimiento, y se rehusan a salir. Incluso hay dos recientes invasiones. Estas son Yanacoto y California, con unos 16 mil habitantes.

“Esta zona de Lima es una bomba de tiempo. Habría que colocar miles de muros de contención o reubicar a los pobladores de esos asentamientos humanos. Es la única manera de darles seguridad y ponerlos a buen recaudo”, advirtió el ingeniero Ernesto Granda de Defensa Civil de la Municipalidad de Chosica

riesgos. Sin embargo, la comuna de Chosica carece de los recursos para emprender esa monumental obra. Cada muro (de contención) demanda una fuerte inversión monetaria. “Además no tenemos un campo de recepción para los moradores”, agregó Granda.

Correo recorrió las zonas álgidas de Lurigancho-Chosica y comprobó in situ la riesgosa ubicación de estas zonas urbanas.

Tierra lodosa, desniveles y marcas por donde el río y las rocas pasaron arrasando con todo es lo que se aprecia aún en Virgen del Rosario, al margen izquierdo del distrito. Allí en el 2012, un huaico desató pánico y se llevó consigo más de ocho viviendas.

“Estamos aterrados porque las lluvias parecen empeorar con los días. A veces cuando empieza a caer el agua, solo salimos corriendo dejando nuestras cosas y nos reunimos en la plaza. No hay nada más que pueda darnos seguridad que huir”, explicó doña Julia Espejo, quien desde hace 35 años reside con toda su familia en la quebrada de Nicolás de Piérola.

obras. A fin de mejorar la calidad de vida de los 200 mil habitantes que se asientan en el territorio de Chosica, la municipalidad construyó, con recursos propios, 39 diques de protección y 60 muros de contención; sin embargo, aún hay mucho por hacer.

Los diques son murallas con huecos levantadas transversalmente a las quebradas, estos dejan pasar el agua y retienen las rocas y elementos pesados para evitar desastres durante un huaico. Aunque mitigan los problemas, solo resuelven parte de estos.

amenaza. En efecto. Para el presidente del Centro de Estudios y Prevención de Desastres (Predes), Gilberto Romero Zevallos, se necesita un plan de contingencia, evacuación y capacitación para los vecinos y autoridades.

Sin embargo, el tiempo apremia y las barreras protectoras ubicadas, sobre todo en las quebradas del río Huaicoloro, en la zona de California y Mariscal Castilla, no dan tranquilidad.

Después de muchos años, Chosica está recibiendo una fuerte temporada de lluvias y huaicos que pueden empeorar en marzo.

“El final del verano costero es temporada de lluvias en la sierra central. Los huaicos son más frecuentes. Uno tiene que estar preparado”, dijo Granda.

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