Con las manos en la masa. Eran las 4 de la madrugada de ayer y policías de inteligencia intervinieron una avícola en Huancayo, donde descubrieron que decenas de pollos serían inflados con agua para que pesaran más y sean vendidos como parrilleros a diferentes comercios y pollerías de la ciudad.

Hasta el inmueble donde funciona la avícola ‘Corvisur’ llegaron también representantes de la Fiscalía y un perito biólogo de la Policía para recoger muestras de los pollos que tenían signos de haber sido inflados.
Los trabajadores del lugar no contaban con carnet de sanidad y fueron citados para las investigaciones. Las autoridades incautaron la motobomba que sería utilizada para la adulterar el peso de las aves.