Como se conoce cuando una relación se da por terminada, las consecuencias que trae este rompimiento pueden ser leves, normales o severas.
En el último caso, el fin del amor puede provocar sensaciones y sentimientos que, en el futuro, se opta por evitar enamorarse nuevamente a fin de rehuir del dolor y sufrimiento, a lo que se llama: filofobia.
Según el sitio Filofobia.net, una persona comienza a padecer este transtorno cuando tiene mucho miedo a enamorarse, pensando que todas las relaciones tendrán finales infelices.
Existen tres características comunes de las personas con filofobia:
1. Pierden el control. Frecuentemente, las personas con este temor experimentan nerviosismo cuando se encuentran ante una posible relación amorosa, pues no les gusta perder el control de sus sentimientos y comportamientos. El amor les hará sentir débiles y difícilmente podrán adaptarse al cambio. En muchas ocasiones, se alejarán de la persona que les atrae.
2. La relación de alguien en su familia les puede haber afectado. E l miedo al amor puede ser inculcado por los padres.
3. Miedo al compromiso y las responsabilidades. Suelen ser demasiado exigentes con sus pretendientes; además, han establecido ciertos requisitos para poder enamorarse.
Sin embargo, cuando la filofobia es severa, existen síntomas físicos como mareos, transpiración, llanto, ataques de pánico, sequedad en la boca y gran confusión en las emociones, entre otros.