Aunque la mayoría de peruanos valora la sostenibilidad, menos de la mitad refleja esa preocupación en sus decisiones de consumo, según NielsenIQ y Kantar.
Aunque la mayoría de peruanos valora la sostenibilidad, menos de la mitad refleja esa preocupación en sus decisiones de consumo, según NielsenIQ y Kantar.

La sostenibilidad se ha convertido en una demanda central para los consumidores peruanos, pero no necesariamente en una práctica cotidiana. Según NielsenIQ, el 78 % de los latinoamericanos se declara preocupado por el medio ambiente, aunque solo el 41 % actúa en consecuencia. En el caso del Perú, el 82 % espera que las marcas sean responsables ambientalmente, sin que esto implique un compromiso directo desde sus propias decisiones de consumo.

El estudio TGI de Kantar Ibope Media confirma esta dualidad. Apenas uno de cada cinco peruanos considera la sostenibilidad como una prioridad, y la preocupación disminuye significativamente en sectores con menos recursos: mientras el 32.1 % del NSE A/B muestra interés, este cae al 14.5 % en el NSE E. Esta brecha evidencia un acceso desigual tanto a productos sostenibles como a información clara y accesible.

Para cerrar esta “green gap”, las empresas deben actuar desde lo tangible: traducir el impacto ambiental en beneficios concretos, segmentar mensajes según el perfil del consumidor y sostener una narrativa coherente más allá de las campañas. Como señala Willard Manrique, CEO de Grupo Crosland, “en el Perú, donde la conciencia ambiental convive con brechas estructurales, el reto no es solo hacer lo correcto, sino hacerlo viable”. La sostenibilidad, bien gestionada, no solo mejora la reputación, sino que también impulsa la rentabilidad.