Una descarga eléctrica sobre una persona puede producir un simple cosquilleo, una contracción muscular, pérdida del conocimiento, quemaduras o incluso un paro cardiorrespiratorio. Por eso, la correcta manipulación de los artefactos eléctricos y una adecuada instalación eléctrica son aspectos que le pueden salvar la vida.

Los expertos del Programa Casa Segura de Procobre refieren que los efectos que tiene la energía eléctrica sobre el cuerpo humano están relacionados en función de la intensidad de la corriente y el tiempo de contacto con el objeto energizado. "Dado que el cuerpo humano está formado por agua, basta una pequeña corriente en un tiempo breve para sentir sus efectos", añaden.

Este 7 de abril se celebra el Día Mundial de la Salud y como la salud es cosa seria, también es importante saber qué se puede hacer en caso de una descarga eléctrica:

Si la persona aún está tocando el cable o artefacto eléctrico, el primer metro alrededor también es conductor de electricidad, así que no se acerque, porque corre peligro.

Si la persona no está en contacto con el cable o artefacto eléctrico, de igual forma no es recomendable acercarse, ya que el cuerpo humano puede conducir electricidad.

Acudir hacia el tablero eléctrico y cortar el flujo de corriente eléctrica.

Una vez que se ha cortado la fuente de energía eléctrica, y antes de tocar o reanimar a la persona electrocutada, debemos llamar a los cuerpos de emergencia de nuestra localidad.

Lo más común es encontrar a la persona herida con quemaduras de segundo o tercer grado, por lo que antes de tocarlo debemos observarlo para que al llamar a los cuerpos de emergencia les podamos indicar en qué estado se encuentra.

Si está consciente la persona, tratar de tranquilizarla sin tocarla. Procurar que no se mueva ya que desconocemos el tipo de lesión que tiene.

Si tiene pegada a la piel ropa plástica o cualquier otro material, no se debe intentar retirar.

Mantener limpia la herida, evitando que roce con algo o que le caiga polvo, agua o cualquier otra sustancia.

Si el afectado está inconsciente o sigue convulsionando, para evitar la asfixia se le debe poner de lado para evitar que se atragante con su propia saliva, sangre o lengua.

No intentar reanimarlo. Solo las personas con conocimiento y experiencia en reanimación cardiopulmonar (RCP), pueden intentar auxiliar al herido.