Cusco. Bomberos pasan un triste Día del Trabajo

Entrega, compromiso y disciplina brindan día a día los hombres de rojo pese a las dificultades

Escuchar las sirenas de los vehículos de bomberos o de las ambulancias a cualquier hora del día, es sinónimo de un trabajo arduo que no conoce descanso ni feriado alguno, pues una fuerte vocación de servicio, amor al prójimo y a la vida, anidan en unos de los trabajos más nobles de la sociedad. “Si es que algún día pagaran por la labor de voluntariado que hacemos, muchos dejaríamos de hacerlo y nos retiraríamos, desaparecería la mística del bombero voluntario, porque nuestra esencia es ello: la voluntad”, afirma el teniente CBP Erick Paredes, jefe de la Compañía de Bomberos N° 119 de San Jerónimo, cuyo cuartel es uno de los menos equipados de toda la región.

DÍA DEL TRABAJO. Hoy, cientos de hombres de rojo de la región del Cusco trabajan de forma voluntaria con sensibilidad social, entrega y disciplina. La labor bomberil exige mucho compromiso, esfuerzo y tiempo, los bomberos se enfrentan diariamente a diversos peligros y arriesgan su vida para proteger a los demás, por ello ser bombero, es considerado como una de las profesiones más nobles y solidarias, hoy cuando muchos descansan en conmemoración a este día internacional, los bomberos la pasan como siempre ayudando al prójimo, pues celebran su día de la mejor manera: con trabajo, pues están convencidos que su función es algo que llevan adelante con mucho gusto, ellos le ponen el hombro al país en un día en que la mayoría está descansando.

LABOR. “Hace años y gracias a mi trabajo descubrí mi deseo de hacer cosas importantes y las ganas de ayudar a las personas de forma desinteresada”, cuenta Ángel Serrano, seccionario de la Compañía de San Jerónimo, ya son 14 años desde que se unió al Cuerpo de Bomberos del Perú y ahora continúa brindando una labor desinteresada por la sociedad, pues además nos dice que la “bomba” como él llama a su compañía, es como su segundo hogar. Al igual que él, el subteniente CBP Walter Estrada de la compañía N° 116 de San Sebastián, con diez años de servicio a la población, menciona que gracias a su hermana, quien le animó a seguir esta noble profesión, descubrió su don de ayuda y amor al prójimo, sin embargo, exhortó a los jóvenes a que si desean pertenecer a la compañía de bomberos el único requisito que deben tener es el amor al prójimo, asimismo exigió a las autoridades a que deben prioridad en su obras la infraestructura de la compañía de bomberos de San Jerónimo debido a que es en beneficio no de los bomberos sino de la sociedad misma.

Por su parte el jefe de la Compañía N° 119 de San Jerónimo, Erick Paredes fundador de la compañía de la cual es jefe y con 18 años dedicados al servicio bomberil, señaló que las horas de servicio que deben cumplir los bomberos son 30 horas mensuales de las cuales muchos de ellos sobrepasan las horas de servicio por la entrega y compromiso al voluntariado.

DIFICULTADES. El servicio de los bomberos es sacrificado pese a las carencias, dificultades y a la indiferencia de algunas autoridades. Ellos continúan con el compromiso desde que decidieron asumir la noble profesión, sin duda alguna la compañía de San Jerónimo es una muestra clara de ello, cuya infraestructura colapsó hace dos semanas y los voluntarios se las arreglan con carpas improvisadas para guarecerse del frío, para acomodarse y sobre todo estar siempre atentos a cualquier llamado de emergencia que se pudieran suscitar. Finalmente el jefe de esta compañía cita con orgullo que de las mejores cosas que le pudo suceder en a vida es la de ser bombero y ello se extiende a su familia ya que sus tres hijos también son bomberos voluntarios. “Nos fortalece el agradecimiento sincero de las personas que ayudamos para nosotros es suficiente pese a que ahora tengamos que estar viviendo en una situación difícil, yo como jefe de compañía demuestró la fortaleza y entre todos los voluntarios nos damos fuerzas para seguir adelante porque es un servicio que brindamos de corazón” finalizó el teniente Paredes.