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La presencia de roedores en el patio de comidas del centro comercial Plaza Norte, más que una anécdota repugnante, es un síntoma de la preocupante situación en que se encuentra la fiscalización sanitaria. Tras consultar con expertos en el tema, Correo encontró que, en la práctica, ninguna entidad asume el rol vigilante para evitar que estos animales aparezcan en lugares donde se venden alimentos.

La Asociación Peruana de Consumidores (Aspec) ha manifestado que el sistema de vigilancia sanitaria, que según el Ministerio de Salud está formado por tres instituciones básicas, no funciona como debería. (Ver infografía)

bonetón. La Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) es la entidad responsable de “conducir el sistema de inocuidad de alimentos”, pero la función de vigilancia sanitaria recae sobre los gobiernos locales. Indecopi, en tanto, solo fiscaliza que se respete el derecho del consumidor a recibir un servicio idóneo. “Los municipios pueden multar y clausurar de acuerdo a la gravedad de la infracción, pero no lo están haciendo. Nadie vigila que se apliquen buenas prácticas de manejo de alimentos ni que se tengan instalaciones adecuadas”, criticó Crisólogo Cáceres, presidente de Aspec.

En relación a la presencia de roedores, José Miguel García, del Área de Vigilancia Sanitaria de Alimentos de Digesa, indica que su institución solo puede actuar cuando “las autoridades sanitarias locales no cumplen sus funciones en salvaguarda de la salud pública”. Estas acciones son medidas reactivas más que preventivas.

autocontrol. Javier Hundskopf, presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes y Afines (Ahora), reconoce que las inspecciones ediles son necesarias, pero que los dueños de los locales no pueden eludir su responsabilidad.

“Aunque las inspecciones son indispensables, cada restaurantero debe cumplir las normas y buscar certificaciones”, sostiene.

En cuanto a Indecopi, Cáceres indica que los usuarios deben recurrir al libro de reclamaciones para activar los mecanismos de sanción.

“Pero muchas veces las multas son risibles para las empresas”, dijo.

La penalidad puede llegar hasta 10 UIT y en otras apenas a 500 soles. Aquel es el castigo por exponer la salud de los comensales.

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