Con el fin de prevenir la integridad de los bañistas, la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa) recomendó que al agua de las piscinas caseras o de barrio tienen que ser cambiada a diario o máximo cada dos días, porque son fuente de cultivo de infecciones y transmisión de enfermedades.
Asimismo, al no renovar el líquido, el espacio podría convertirse en un criadero para las larvas del dengue, señaló Elmer Quichiz, director ejecutivo de Ecología y Protección del Ambiente de la institución.
Añadió que estas piscinas deben ser de uso exclusivo de los niños y no compartidas con adultos, porque podrían contagiarse de diversas enfermedades, desde diarreas, infecciones dérmicas, urinarias, hasta enfermedades como hepatitis o de transmisión sexual..