Confunden a Arzobispo de Huancayo con el Papa Francisco
Confunden a Arzobispo de Huancayo con el Papa Francisco

¿Es el papa?, preguntaban los niños y los pobladores cuando vieron la presencia del , monseñor , en los pueblos de los distritos más alejados y pobres de , durante la visita pastoral que realizó, vestido con sotana blanca.

La hermana Noemí se encargaba de aclarar: "“No es el papa, es el arzobispo de Huancayo"”; sin embargo, la gente seguía creyendo, "¡Es el papa!", decían y cuando se les explicó que era obispo concluían "es que los obispos son como el Papa".

Durante una semana, monseñor Pedro Barreto llegó y recorrió una parte de la zona del VRAEM, en la jurisdicción de Huancayo y Concepción, empezando en San Antonio de Andamarca y Santo Domingo de Acobamba, continuando por Yunca Chaquicocha, Rosas Pampa, Durazno Pata y Yanabamba. También habló con los jefes y bendijo a los efectivos militares acantonados en estos distritos.

SACRAMENTO. En estos lugares, bautizó, confirmó y dio la primera comunión a más de 200 niños y jóvenes, también a varios soldados, en jornadas de mañanas y tardes, en medio del calor agobiante, en unos casos, y en otros, con frío, lluvia y neblina, pero en un ambiente emotivo, de profunda religiosidad, fe y devoción a pesar de sus problemas y dificultades.

Asimismo, conoció la dura y dramática realidad de los pobladores que, a pesar del modernismo y el crecimiento económico, todavía están sumidos en la pobreza y extrema pobreza, entre la violencia de los rezagos terroristas y el tráfico de drogas, lo que hace peligroso caminar por esos senderos.

"En esos pueblos no sólo hay hambre de pan sino también hambre de Dios", dijo monseñor Barreto, después de escuchar a las autoridades y a los hombres y mujeres, quienes reclamaron una mayor presencia del Estado, con más y mejores carreteras; educación, alimentación y salud especialmente a favor de las madres y sus hijos.

Muchos de ellos, con palabras suplicantes pidieron a monseñor Barreto que haga posible proyectos de seguridad alimentaria, porque según estadísticas de los centros de salud de esas localidades, la desnutrición infantil se encuentra entre el ‘70 y ‘90 por ciento, índices alarmantes que se hacen evidentes en la contextura y el aprendizaje de los menores de edad.

Monseñor Barreto expresó la solidaridad de la Iglesia Católica con la preocupación de los padres de familia y dijo que hará llegar estos petitorios a las autoridades correspondientes. Asimismo, dio gracias a Dios por estos días que recorrió carreteras y caminos en los que ha encontrado que Dios está trabajando en las personas, las religiosas de la congregación Verbo y Víctima y en los laicos.

Manifestó que ha encontrado una revitalización de las comunidades cristianas, entre ellas Yanabamba, donde antes no había atención y la administración de sacramentos, pero que ahora hay una admirable participación de los padres de familia y los jóvenes que están haciendo un terreno fértil para la evangelización.