¿Esclavos de la red? Si tienes un niño al que le gusta los videojuegos debes leer esta nota.

Eran las 23 horas de un fin de semana. La fiscal de Prevención del Delito Esther de Amat Loza bajaba de una diligencia en Cayma y en la Av. Ejército, cuando observó a un escolar caminando solo.

Detuvo el vehículo y le preguntó ¿a dónde vas? A mi casa, respondió. ¿Dónde vives? En Jerusalén, dijo. Sube hijo, no temas soy fiscal y aquí hay un policía, no te pasará nada, le dijo y lo convenció.

Dentro del vehículo, al niño no le quedó otra alternativa que contar su verdad. Se había quedado en los juegos de internet con los 0.50 céntimos que su padre le dio de propina. Ya sin dinero, permaneció allí observando el juego de otros. 

Al llegar a la calle Jerusalén del Cercado, el escolar aclaró que vivía en Jerusalén, Mariano Melgar, detrás del cementerio.¿Y cómo pensabas ir a casa? le inquirió. Caminando, respondió el pequeño de solo 9 años.

“En el trayecto pudo pasarle muchas cosas, porque la distancia es larga”, expresó Amat Loza, indignada. Al llegar al destino, tocaron la puerta. “No salió una madre, salió una fiera dispuesta a golpear al muchacho”, narró la fiscal.

El estudiante se escondió mientras advertía a su madre que no se atreviera a golpearlo porque la denunciaría. Ella desesperada se echó a llorar. “¿Cree que es la primera vez que me hace esto? Algunas noches no llegó a dormir”, narró.

Amat Loza asegura que esta es solo una historia de las muchas que le tocó presenciar en sus intervenciones. Las 7 fiscalías trabajarán con 3 colegios cada una en el programa “Fiscales Escolares”. Los estudiantes reportarán sucesos de violencia, bullying, entre otros y tras informar a los fiscales, trabajarán en la ayuda.