Las personas le han perdido el miedo al contagio y se arriesgan a los peligros del coronavirus por deseo o necesidad.
Las personas le han perdido el miedo al contagio y se arriesgan a los peligros del coronavirus por deseo o necesidad.

Cuando el coronavirus comenzó a ingresar en el 2020 al Perú, las personas cancelaron bodas, vacaciones, visitas a los abuelos y otras actividades económicas debido a las restricciones impuestas por el gobierno. Y para reducir el impacto de la epidemia muchos se confinaron en sus hogares durante lo que se creyó sería un periodo breve pero esencial siguiendo los protocolos de salubridad.

Sin embargo, el virus no se extinguió con ninguna temporada, y es claro que el estar encerrados haya desencadenado una fatiga pandémica. “Las personas ‘ya se hartaron’ de estar metidas en su casa y si bien realizan teletrabajo o talleres virtuales, buscan hacer otras cosas. Están cansadas de ver noticias, de la nueva cepa, e incluso le han perdido el miedo al COVID-19”, señala Roger Hernández, infectólogo pediátrico del Hospital Cayetano Heredia.

El médico menciona que, si bien ya se conoce sobre la propagación del coronavirus, transmisibilidad, gravedad y tratamiento, aún se debe redoblar los cuidados de prevención y más por el anuncio del Ministerio de Salud al confirmar el primer caso de la nueva variante del SARS CoV-2 proveniente del Reino Unido.

“Las infecciones o reinfecciones se van a seguir dando en todo el mundo y la gente va a seguir saliendo a espacios abiertos, lo que no está mal, pero siempre con una cierta prevención. No está bien usar un tapabocas (debajo de la nariz) o acercarse a conversar con un amigo, mientras descuido a mis hijos y puedan tocar algo contaminado”, explica Hernández.

BAJARON LA GUARDIA.

El también vocero de la Asociación Una Vida por Dakota, indica que los peruanos ya nos estábamos habituando a seguir las normas, pero nuevamente se ve la indisciplina y hacen reuniones, fiestas familiares y eventos deportivos casi con la misma frecuencia que antes de la aparición del virus.

Para Marco Almerí, especialista en salud pública, si antes las personas debían estar a dos metros de distancia, ahora se debe estar lo más alejado que se pueda de los que no comparten las mismas actividades en el hogar.

“Desde hace 4 meses está circulando la nueva cepa en Europa, no era difícil adivinar que llegaría al país porque los vuelos internacionales continúan aterrizando. La preocupación es que, si antes una persona que tenía COVID contagiaba a 3, ahora con esta mutación del virus se trasmite a 7”, manifiesta.

El experto explica que si bien ya se está haciendo el estudio de todas las personas que estuvieron en la misma reunión en la que se contagió una mujer con la nueva variante del SARS-CoV-2 y que los síntomas son los mismos: fiebre, tos seca, pérdida del olfato o del gusto, dificultad para respirar, etc., no se debe bajar la guardia.

“Se está experimentando un aumento en las cifras, una eventual segunda ola que no se frenaría precisamente con el lote de vacunas que están próximas a ser adquiridas. Las dosis chinas de Sinopharm no son 100% efectivas y es muy probable que de 100 personas que se vacunen, solo 80 estarán protegidas”, concluye Almerí.