En Perú, la infidelidad puede derivar en procesos de divorcio, demandas de indemnización y hasta la pérdida de bienes compartidos, si el cónyuge afectado presenta las pruebas necesarias para demostrar la conducta deshonrosa, especialmente cuando existen hijos involucrados.
En Perú, la infidelidad puede derivar en procesos de divorcio, demandas de indemnización y hasta la pérdida de bienes compartidos, si el cónyuge afectado presenta las pruebas necesarias para demostrar la conducta deshonrosa, especialmente cuando existen hijos involucrados.

La infidelidad no solo produce un fuerte impacto emocional en la pareja, sino que puede acarrear repercusiones legales en el ámbito matrimonial. Según el abogado César Pérez, con más de 20 años de experiencia, la legislación peruana contempla la infidelidad como una conducta deshonrosa, motivo suficiente para solicitar el divorcio y, en algunos casos, exigir compensaciones económicas al cónyuge infiel.

“El cónyuge perjudicado puede buscar una compensación económica si demuestra los daños sufridos, ya que la infidelidad afecta gravemente la estabilidad emocional de la relación”, señala Pérez.

Pruebas y demandas por daños morales

En el proceso de divorcio, el cónyuge afectado puede presentar una demanda por daños morales, llegando incluso a reclamar la adjudicación total de los bienes compartidos. Para sustentar dicha demanda, son fundamentales las pruebas (mensajes, fotografías, videos, testimonios) que demuestren la conducta deshonrosa.

Impacto en los hijos y la familia

Cuando hay menores involucrados, el proceso legal se vuelve más complejo. El agraviado podría solicitar una pensión alimenticia mayor o cambios en la tenencia de los niños, especialmente si el juez considera que la infidelidad afecta la estabilidad emocional familiar. En casos graves, también puede solicitar la salida del cónyuge infiel del hogar para salvaguardar el entorno familiar.

Convivencia sin matrimonio

Si la pareja no está casada legalmente, la infidelidad no genera derecho a indemnización. No obstante, podrían activarse otros mecanismos legales relacionados con violencia psicológica o los derechos de los hijos.

“Además del daño emocional, la infidelidad puede significar demandas legales y pérdidas económicas importantes. Es vital conocer nuestros derechos y actuar con responsabilidad”, concluye el abogado Pérez.

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