Jueces renovaron votos para velar por la justicia
Jueces renovaron votos para velar por la justicia

El pasado 4 de agosto, el Poder Judicial celebró a nivel nacional el Día del Juez, por mandato del Decreto Ley Nº 18918 publicado el 3 de agosto de 1971. En esta circunstancia, es necesario recordar la cita del maestro Eduardo J. Couture: "De la dignidad del juez depende la dignidad del Derecho. El Derecho valdrá en un país y en un momento histórico determinado, lo que valgan los jueces como hombres. El día que los jueces tengan miedo, ningún ciudadano podrá dormir tranquilo".

Se ha efectuado esta cita para recordar que a los jueces, por imperio de la Constitución vigente y la actual Ley Orgánica del Poder Judicial, y la novísima Ley de Carrera Judicial del Magistrado, se nos concede el privilegio de administrar justicia a nombre de la Nación, como integrantes de uno de los pilares fundamentales del Estado, el Poder Judicial. Para hacer posible la vida en común y la paz social, la sociedad estableció el mecanismo de administrar justicia, como un aparato independiente, que forma parte del Estado y que cumple funciones de control social.

La administración de justicia interviene en los litigios que se someten a su conocimiento, pronunciando el derecho o imponiendo la sanción, según sea la materia y la ley aplicable al caso concreto.

En ese camino encontramos al magistrado como el factor fundamental, de cuyas calidades personales y morales depende el futuro de los ciudadanos que someten al arbitrio de la administración de justicia sus conflictos, comprometiendo su libertad, patrimonio y bienestar general. El doctor Domingo García Rada, en su libro Memorias de un Juez, señala: "El magistrado tiene en sus manos la suerte de un patrimonio, el honor de una familia o la vida de un individuo, es decir tal suma de poderes, facultades de tanta importancia para el ser humano, que ni el mismo jefe de Estado las posee. Podrán los políticos manejar los grandes intereses del país, los legisladores las leyes que enrumben a la nación, pero queda a los jueces procurar la felicidad del pueblo. Los jueces honestos y sabios aseguran las paz social y los individuos podrán estar tranquilos sabiendo que en caso de conflicto con particulares o de abuso del poder público, tienen quien defienda y ampara sus derechos... De muchas cosas puede prescindir el Estado moderno; de lo que no puede privarse es de la judicatura. Existen países que no tienen ejército, pero no los hay sin jueces; si lo suprimimos volvemos a la ley de la selva, regresamos a la justicia por mano propia, retrocedemos miles de años de civilización".

La Academia de la Magistratura en su libro "Virtudes y Principios del Magistrado", analizó diversos temas, sobre el perfil del juez, el estado de derecho, fundamentos para una ética de la magistratura y otros, en uno de estos planteamientos señala: "El Poder Judicial históricamente ha sido considerado un Poder del Estado de menor importancia, respecto de los otros dos. En nuestra historia republicana el juez se ha percibido a sí mismo de manera sesgada, y ha sido visto por el pensamiento jurídico y político como el funcionario público que se limita a aplicar la ley, como el instrumento que pronuncia las palabras de la ley...". Menos mal, este concepto ha variado con el Derecho Moderno; actualmente el juez crea derecho constantemente al dictar sus resoluciones en los procesos judiciales, es creativo, debe motivar y fundamentar dichas resoluciones, con el único parámetro señalado por la Constitución Política vigente y la ley aplicable al caso concreto; igualmente, no puede estar atado a fórmulas o plantillas, si no es así, se estaría recortando la independencia y autonomía que señala la Ley Orgánica del Poder Judicial, en materia jurisdiccional.

Con estas premisas, ha quedado aclarado el panorama sobre la participación del juez dentro de la sociedad.

TAGS RELACIONADOS