La dama de las espinas es huancaína
La dama de las espinas es huancaína

De niña viajó por todo el Perú con su padre. De cada lugar que pisaba traía una planta, un arbusto. Le gustó coleccionarlos. Pero lo que más le llamó la atención fueron los cactus, esas plantas robustas y espinosas que si las tocas te pinchan. Ahora tiene en casa más de 300 variedades de cactus de todo el Perú y el mundo. “Hay de Australia, Hawai y Bolivia”, comenta Mari Gisela Quijada. Una ama de casa que dedica cada día al cuidado de sus adoradoscactus en su vivienda de la avenida Mariátegui. Hace unos días, una exposición de la Dirección de Agricultura la invitó a llevar a sus pequeños hijos, los cactus para poder venderlos.

“He traído una muestra de mi colección que no vendo. Pero también sus crías, esas sí vendo”, nos dice. En la mesa están alrededor de 12 plantas de cactus tan bien cuidadas que parecen de museo. “Las ha cuidado desde pequeñas y jamás las vendería. A menos que otro coleccionista me traiga una especie que no tengo, podríamos hacer cambio”, dice.

NO MOLESTAN. Esta planta de belleza ruda puede acompañar a la persona en todo lado, de uso ornamental. “Hasta en nuestro escritorio puede estar”, remarca Mari. Según los manuales para aficionados, pueden soportar temperaturas desde los 0° hasta los 45°. En verano pueden ser regados tres veces por semana y en invierno una vez cada 2 semanas. Los cactus bebés tienen que ser mantenidos en frascos para luego ser trasplantados.

Mari recién está terminando de instalarse en su puesto del parque Huamanmarca y nuestra conversación ya está terminando. Ahora le toca vender.