De rodillas, un ladrón pidió perdón por su fechoría a la comerciante que fue su víctima, a quien minutos antes le robó una caja de shampoo.
La agraviada -al percatarse del hecho- pidió el apoyo de los serenos de Huancayo que llegaron en contados minutos a la junta vecinal de Pultuquia y tras un patrullaje encontraron a los malhechores ebrios en un descampado.
Ellos al ser acorralados al principio negaron haber cometido el acto delictivo pero al hallar a unos metros del 'canchón' los objetos robados, uno de ellos se arrodilló y pidió perdón a la anciana manifestando que era la última vez que robaría.
La agraviada aceptó las súplicas del ladrón y ya no quiso poner la denuncia respectiva, dándole una nueva oportunidad.