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Si bien hemos presenciado y actuado ante sismos de gran magnitud, no estamos preparados para lo que viene, pues un movimiento telúrico de 8 grados de magnitud, o similar, provocará que más de 200 mil viviendas de Lima se desplomen como simples castillos de naipes.

El experto en sismología Julio Kuroiwa alertó sobre este sombrío panorama e informó que las primeras viviendas en caer serían las de distritos como San Juan de Lurigancho, San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo, Villa El Salvador y el Callao.

Esas zonas son altamente vulnerables por la composición arenosa de sus suelos y las deficientes construcciones que en ellas se levantan.

Silencio cómplice. Kuroiwa precisó que las posibilidades de un sismo de gran magnitud se multiplican debido a que desde hace décadas la costa central del país vive un silencio sísmico que podría romperse en cualquier momento, y de la peor manera. “Esperemos que la energía se libere al menos en dos o tres eventos (telúricos) y no solo en uno porque sería desastroso”, comentó.

La zona sur del país está en un periodo “ventana” debido a los sismos de Arequipa de 2001 y de Pisco de 2007, que dejaron cuantiosas víctimas mortales.

Falta de agua. Además, un evento de tal magnitud provocaría que la capital sufra un desabastecimiento de agua de hasta 10 días, por lo que Kuroiwa recomendó tomar precauciones.

Sobre el tema, el ministro de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Francisco Dumler, aclaró que es muy poco probable que en un desastre natural sean destruidas las plantas de Huachipa, La Atarjea y Chillón al mismo tiempo, por lo que no hay motivos para alarmarse.

Señaló que ni el presupuesto entero de la República alcanzaría para hacer frente a terribles daños ocasionados por un movimiento de gran magnitud, como los derrumbes.

Preparados

Kuroiwa presentó el Manual para la reducción de riesgo sísmico de viviendas, para que las personas sepan cómo actuar ante emergencias.