Lima tiene todos los elementos para ser la ciudad más moderna de América Latina del siglo XXI. Tiene una ubicación estratégica, es la única capital de la región con mar y con río, cuenta con una gastronomía variada y alberga a una población emprendedora. ¿Cuáles son entonces las debilidades y amenazas de esta ciudad de casi 10 millones de habitantes? El arquitecto José Orrego, autor del blog Inmobiliaria X -en el que analiza cada semana los retos que afronta la capital-aclara el panorama.

¿Hubo alguna vez un verdadero interés por construir un concepto de ciudad en Lima?

En principio, creo que Lima es una ciudad colapsada. Tal y como está, y por cómo vienen sucediendo las cosas, no es viable para el próximo siglo. Es como si Lima estuviera con un ataque al corazón, y las autoridades estuvieran tratando de curarla con Antalgina. Lima amerita visiones mucho más ambiciosas y a largo plazo. Y la razón por la que no se tienen es porque no existen los instrumentos jurídicos para realizar un planeamiento integral.

¿A qué se refiere?

La Ley de Municipalidades impide que haya una visión en conjunto; hace que la ciudad se divida en 43 'virreinatos' autónomos, con problemáticas heterogéneas por sus divisiones y tamaños. Cada alcalde trabaja bajo visiones domésticas y 'cortoplacistas'. Cuando deciden, por ejemplo, por dónde llevar una línea del metro, no lo hacen pensando en términos de ciudad, sino en cuánta gente pasa por allí para obtener un beneficio político. Eso hizo que dos sistemas como el Metropolitano y el Tren Eléctrico superpongan sus líneas.

¿Qué se podría hacer?

En París o Bogotá, por ejemplo, tener una autoridad única para toda la ciudad ayuda mucho cuando se hacen planes globales. Otra solución sería modificar la Ley de Municipalidades y tener un ente supramunicipal, desprovisto de toda carga política -integrado por arquitectos, urbanistas, sociólogos y economistas-, que diagnostique los problemas de la ciudad y proponga visiones a corto, mediano y largo plazo, según las inversiones. La verdad eso es administrar una empresa.

¿Cuáles son los grandes problemas que afrontará la ciudad al ritmo que vamos?

Lima vive ahora un gigantesco problema de tráfico. Pero se vienen temas más dramáticos, como la escasez del agua, el colapso de los desagües, la falta de energía eléctrica. Creo que al paso que vamos, antes de llegar a la mitad de siglo, Lima será una ciudad invivible. Nos vamos a parecer más a São Paulo o al Distrito Federal, donde uno no se puede mover simplemente.

¿Cuál sería el primer paso para solucionar el problema del transporte?

Con la crisis de los años 80 se desmontó Enatru (Empresa Nacional de Transporte Urbano) y se liberalizó el transporte; cualquiera podía entrar al negocio. Eso generó el pandemonio que vivimos hoy. Revertir este proceso significa un grave conflicto social que nadie quiere enfrentar. Lo primero sería asumir esos costos políticos. El otro problema es que el transporte público aquí es un mal negocio. En todas partes del mundo este sistema y su infraestructura son subvencionadas. Lo único que se busca es que el concesionario cubra sus costos operativos con el pasaje, nada más, porque el transporte es parte de la calidad de vida de una ciudad.

¿Y qué ocurre aquí con el transporte privado, a comparación de las ciudades modernas?

En Lima, al haber un mal transporte público, la gente prioriza comprarse un auto. ¿Y qué hace el municipio? ¡Empeora las cosas! Implementa políticas para que todos los edificios tengan grandes bolsas de parqueo -San Isidro, por ejemplo, tiene edificios para 500 autos-, pero no ensancha las vías. Entonces lo único que hace es seguir cargando las entradas y salidas de los distritos.

En ciudades como Londres los edificios no tienen sótanos de estacionamiento, tienen una estación de metro. La gente llega en transporte público, sea un ejecutivo de alto nivel o un obrero.

¿El 'boom' inmobiliario que vivimos se está manejando correctamente? Cada vez hay más edificios que crecen sobre terrenos pensados para casas de un piso y en calles estrechas.

Nunca se ha construido tanto en el Perú como ahora, y debería ser una gran oportunidad para hacer una renovación urbana en sectores que lo requieren, como La Victoria. Pero este 'boom' se da solo en el 30% de Lima, en los distritos más atractivos. Aquí falta una visión clara sobre cómo ocupar el espacio. Si yo agarro un plano de Lima me doy cuenta de que, por esa visión doméstica de los alcaldes, la ciudad parece un gigantesco dormitorio. Nadie quiere vivir cerca de hospitales, estadios, centros financieros, supermercados, etc.; que es todo lo que le toca a la ciudad para vivir. Entonces las autoridades imponen políticas de zonificación 'residencialistas'. Y eso es un absurdo.

En otras ciudades los puntos de encuentro son los espacios culturales o los parques, acá son los centros comerciales, ¿cuán beneficioso o perjudicial puede ser esto para Lima?

Creo que los centros comerciales son una industria beneficiosa para la ciudad. Su ocupación es una suerte de llegada a la modernidad en lugares donde nunca se hizo nada antes. Un ejemplo claro es el Mega Plaza en Lima Norte. Hoy en día los centros comerciales se han vuelto los espacios de expansión y entretenimiento de las ciudades, y eso es parte de la cultura global.

¿Y dónde quedan los espacios públicos?

Sucede que no hay una política de espacios públicos. Hasta los años 80, por ley, todos los espacios y edificios públicos debían pasar un concurso de arquitectura. Esa opción ya prácticamente no existe. Hoy se busca el precio más barato, sin una reflexión sobre, por ejemplo, cómo construir identidad en una plaza, o calidad de vida.

¿Qué debe celebrar Lima en este 479 aniversario?

Lima es una maravilla en términos de potencialidad. Geográficamente es un 'hub' (puente) natural en toda la región. Por su ubicación, puede ser el gran espacio donde confluyan todos los tráficos, como Chicago, por ejemplo, que congrega a las ferias más importantes de todo el país. Hay casos emblemáticos, como Bilbao, que fue una ciudad venida a menos, industrial, gris, contaminada, que en 20 años, con un proyecto de recuperación muy bien llevado, se convirtió en un nuevo punto de atracción de Europa. Lima tiene esa misma potencialidad, pero con mayores recursos: cultura, gastronomía, mar, el potencial para una marca ciudad. Podríamos ser una de las ciudades más importantes de la región, pero nos falta visión. Lima sigue pensando como si fuera un pueblo grande, cuando en realidad ya es una megalópolis. Fotos: Federico Romero - Tatiana Gamarra - Giuliano Buiklece - Christian Salazar