1 / 6 Las pistas de la capital quedaron convertidas en ríos furiosos.
2 / 6 La ciudadanía desplegó esfuerzos para evitar que las aguas lleguen a sus predios.
3 / 6 Los pobladores tuvieron muchos inconvenientes para transitar debido a la imparable lluvia.
4 / 6 Pesados camiones no pudieron soportar la fuerza de las aguas.
5 / 6 El caudal de los ríos se tornó muy violento por las lluvias.
6 / 6 Las precipitaciones provocaron la caída de predios y desolación en la ciudadanía.
La ciudad de Lima, así como varias regiones del país, sufrió el embate de unas precipitaciones que parecían no tener fin y que recordaron los tiempos funestos del fenómeno El Niño.
Lo que inició como una leve precipitación, llegó a lucir como un diluvio durante las horas más críticas, lo que a su vez provocó crecida de ríos, inundaciones, deslizamiento, así como destrucción de viviendas y carreteras.
Si bien las precipitaciones se detuvieron al cierre de esta edición, Senamhi advirtió que las mismas podrían reactivarse en las próximas horas, un fenómeno que agravaría los estragos en localidades ya golpeadas.
En Lima, distritos como Chaclacayo, Chosica y Santa Eulalia, se encuentran en mayor peligro debido a la posible activación de una veintena de quebradas.