Reivindicar el ópalo andino como piedra símbolo del Perú es crucial para fortalecer la identidad cultural de los peruanos y el valor por nuestra herencia ancestral.
Reivindicar el ópalo andino como piedra símbolo del Perú es crucial para fortalecer la identidad cultural de los peruanos y el valor por nuestra herencia ancestral.

En la vasta riqueza natural y cultural que posee el Perú, el ópalo andino brilla con luz propia como una piedra preciosa de extraordinaria belleza y simbolismo. También conocida como ópalo azul, esta es una gema cotizada a nivel internacional, llegando a costar hasta cinco veces más en el exterior que dentro del Perú.

Este mineral, caracterizado por sus tonos verde-azulados, es aún desconocido y poco valorado como piedra preciosa nacional por gran parte de la población. Sin embargo, no solo es una joya para el mercado internacional, sino también un símbolo de identidad y orgullo para los peruanos, que refleja la riqueza y diversidad de nuestro patrimonio.

A diferencia de otras piedras preciosas, el ópalo andino posee un vínculo íntimo con las culturas ancestrales de los Andes, donde se le atribuían propiedades protectoras y de conexión espiritual. Reivindicar el ópalo andino como piedra símbolo del Perú es reconocer la historia, la cosmovisión y la creatividad de los pueblos que lo han venerado y trabajado durante siglos como herencia nacional.

En un esfuerzo por poner en valor esta gema única, la marca peruana de joyería sostenible Imelda de Val se une a Volvo para impulsar la iniciativa “Lujo Sagrado”, que tiene como objetivo posicionar al ópalo andino como la piedra bandera de nuestro país, promoviendo su uso no solo como accesorio, sino también como emblema de nuestra herencia y orgullo nacional.

Destino Acarí: paraíso del ópalo andino

Esta iniciativa comienza con un viaje hacia Acarí, un distrito de la provincia de Caravelí en la región de Arequipa, donde se encuentra el yacimiento de ópalo andino. Esta travesía es documentada, dando conocer este lugar y los paisajes maravillosos que lo rodean con el objetivo de conectar a cada peruano con sus raíces.

Volvo, a su vez, permite hacer de este un viaje seguro y confortable a través de un vehículo de alta gama que atraviesa diversos terrenos en una ruta de más de 8 horas y 564km. desde Lima hasta Acarí. Este es un esfuerzo conjunto que pretende posicionar al Perú en el mapa global de la joyería de lujo, en una industria en la que la autenticidad y la sostenibilidad son cada vez más valoradas.

Además del impacto positivo en la economía del país, la valorización del ópalo andino como piedra bandera, es un paso esencial para fortalecer la identidad nacional y un acto de empoderamiento cultural, que permite a las comunidades mineras locales y a los artesanos compartir con el mundo su legado y su arte.

Gastronomía y orfebrería: un homenaje a la cultura moche

Con el propósito de reconocer y difundir el valor del ópalo andino como piedra nacional del Perú, Imelda de Val une esfuerzos también con el renombrado chef Héctor Solis en “Lujo Sagrado”, una iniciativa que fusiona arte, cultura y gastronomía.

Inspirados en la habilidad de la cultura mochica, reconocida por su excelencia en la orfebrería, “Lujo Sagrado” presenta un plato especial dentro de la carta del restaurante Fiesta creado en honor a esta civilización, exaltando tanto el talento ancestral como la riqueza de nuestros recursos naturales.

Este plato único, que será parte esencial de la campaña de promoción del ópalo andino, está elaborado con ingredientes emblemáticos del Perú: pato, maca y tubérculos andinos, productos que representan la diversidad y riqueza de nuestras tierras y que, a pesar de su singularidad, aún son poco valorados a nivel nacional e internacional.

Esta iniciativa conjunta no solo busca promover el reconocimiento del ópalo andino en el Perú, sino también inspirar un sentido de orgullo cultural en la población. A través de un enfoque innovador que une joyería y gastronomía, “Lujo Sagrado” invita a los peruanos a descubrir y valorar el patrimonio que nos define como nación y a reconocer la singularidad de nuestras piedras y productos andinos.

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