Luz Avid: El rostro de la pobreza sin respuesta del Estado
Luz Avid: El rostro de la pobreza sin respuesta del Estado

Luz Avid Paredes Evangelista, es una ancianita luchadora de 83 años, que se gana el día a día vendiendo canchitas.

No tiene hijos en quien refugiarse, tampoco hermanos o familiares que le den una mano. Pero no se siente sola, algunos vecinos y amigos caritativos le ayudan con lo que pueden.

Luz, es natural de Cerro de Pasco, pero desde pequeña migró a Lima junto a sus padres. No obstante, el asma que la aquejaba terminó por obligarla a vivir en Huancayo.

Los primeros años se alojó en la casa de una prima. Sin embargo, años más tarde la mujer decidió vender la vivienda y mudarse a la Capital para disfrutar de su vejez con sus hijos y nietos. Pero debido a su salud, Luz debía quedarse.

Desde entonces, la negrita, como le decían de cariño, ha vivido sola arrendando cuartos. Mientras más envejecía menos la querían emplear, y se vio obligada a vender sus pertenencias poco a poco, y hoy ya ni siquiera conserva la cocina donde preparaba sus alimentos.

De pronto, Luz se dio cuenta que lo había vendido todo, que solo le quedaban la ropa y un par de ollas. Como si fuera poco, la vista se le estaba nublando, ya no podía trabajar.

NECESITA AYUDA. Actualmente, Luz solo trabaja cuando puede, o cuando tiene dinero suficiente para comprar más canchita, embolsarla y salir a las calles. Consciente de su situación, el 2012 decidió presentar su solicitud para ser beneficiaria del programa Pensión 65, pero hasta la fecha no ha obtenido respuesta.

"En la municipalidad de Huancayo me dijeron que tenía que esperar", dice resignada. Pero la verdad es que el hambre no aguarda. Hasta ahora ha vivido solo gracias a algunas amigas que le regalan víveres y le ayudan con los gastos. Pero no siempre tiene la misma suerte. Ayer, cuando la visitamos, solo le quedaba 2 soles; ni para el almuerzo.

Luz vive en un estrecho cuartito húmedo, ubicado en el jirón Tacna 161 de - Huancayo. Por el arriendo debe pagar mensualmente la suma de 50 soles, pero lo cierto es que una amiga le paga el cuarto, pues a ella no le alcanza