El flamante Rector de la Universidad San Ignacio de Loyola y columnista de Correo habla sobre el reto de la educación en los nuevos tiempos. (Foto: Jessica Vicente)
El flamante Rector de la Universidad San Ignacio de Loyola y columnista de Correo habla sobre el reto de la educación en los nuevos tiempos. (Foto: Jessica Vicente)

Para Martín Santiváñez Vivanco, doctor en Derecho y flamante rector de la Universidad San Ignacio de Loyola, sus padres fueron quienes marcaron su vida, encaminándolo al estudio, una influencia poderosa que no se cansa de agradecer, mucho más hoy, que está al frente de una de las instituciones educativas más importantes y de prestigio del país.

“Mis padres son profesores de colegio, yo he visto toda mi vida, desde que tengo uso de razón, la enorme responsabilidad y la profunda vocación que es la enseñanza y la docencia y eso viene de ellos y de Dios. Vocación viene del latin vocatio, que significa llamada, tú has sido llamado y de alguna manera los maestros hemos sido llamados, no solo para la universidad, para el colegio, para dónde sea que enseñemos, porque hay una vocación muy especial”, nos dice la máxima autoridad académica de la USIL, un nuevo reto en su exitosa carrera profesional.

¿Cómo asumes este reciente nombramiento?

Con mucha humildad, porque creo que las instituciones no son personas, no están unidas a un solo liderazgo, están hechas por una historia de vida de muchas personas que colaboran en la formación de la misma institución y más aún, tratándose de una universidad que está hecha por la vida de mucha gente. Nuestra universidad tiene 25 años, muchísima gente ha construido la Universidad San Ignacio De Loyola y hay que seguir con el legado del fundador, Raúl Diez Canseco, de los rectores, del anterior rector, es un tema de continuidad.

La actual pandemia ha generado una serie de cambios en todos los sectores, también en el educativo.

La Universidad ha sobrevivido a todas las crisis habidas y por haber, porque ha nacido para acompañar a la humanidad. Recordemos pues que la institución universitaria tiene 800 años y ha pasado guerras, pestes, plagas, división, terrorismo, de todo. Pienso, por ejemplo, en las universidades que han tenido que soportar la primera y la segunda guerra mundial, las pestes medievales la universidad ha soportado muchas cosas, en el ADN de la universidad está el  existir, regenerarse y enseñar a la gente.

Esta crisis sanitaria ha obligado a las universidades a implantar las clases virtuales para seguir con la formación de los alumnos. ¿Esa tendencia continuará en la universidad luego de terminada la pandemia?

La educación virtual tiene muchos años ya en el ámbito de la educación superior y en la universitaria también. En la USIL nos habíamos anticipado desde hace algunos años implementando una infraestructura que ninguna universidad tiene en tecnología digital. Hemos construido unos ambientes de nivel europeo, norteamericano, te lo digo con conocimiento de causa. Nuestros profesores ya dictaban clases virtuales antes de la pandemia y utilizaban las nuevas tecnologías para la educación universitaria. Es una tendencia que se va a consolidar en todo el planeta.

Y en tiempos tan competitivos y de excelencia educativa la investigación es primordial en la formación académica de los alumnos.

Las dos grandes columnas clásicas de una universidad son la docencia y la investigación, digamos que la institución existe para la docencia y para la investigación. Entonces una universidad está en la obligación de investigar, es su esencia, si no lo hace no se puede llamar así.

Los jóvenes han demostrado una presencia muy importante en la actual coyuntura política. ¿Cuan importante es una buena relación de la universidad con la juventud?

La Universidad tiene como objetivo formar a la juventud para que sirva y transforme el país. Los jóvenes se expresan, por eso, es importante construir una universidad basada en la razón y en la libertad, la razón es el conocimiento y el conocimiento no es una opinión, es objetivo, verificable, el conocimiento tiene una prueba científica, pero la opinión no.

Nosotros tenemos que formar a la generación del Bicentenario en conocimiento, en razón, y en libertad porque no podemos crear universidades de pensamientos únicos, universidades donde esté prohibido disentir, tener una opinión distinta, tenemos que salvaguardar el carácter libre de la universidad. La Universidad es el lugar de la libertad de la razón.

Martin Santiváñez Vivanco

Abogado. Miembro Correspondiente por el Perú de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas de España y Miembro numerario de la Academia Peruana de Ciencias Políticas.