"Yo los quiero mucho, como si fueran mis hijos", son las palabras con las que resume el sentimiento con el que doña Violeta, de 60 años, trata a sus 32 perros, 7 gatos y una codorniz que ahora, al igual que ella, han quedado en la calle tras ser desalojados de este inmueble.

Violeta denuncia que el Poder Judicial le quitó su casa por su apariencia y por no tener el dinero que si tuvo la asociación de vecinos, convertida ahora en la posesionaria del inmueble, que ella habitó por más de 50 años.

La anciana solicita el apoyo a la ministra de la Mujer y un hogar para sus inseparables mascotas, hasta ahora sus únicos compañeros fieles que no la han abandonado.