Negligencia, el origen de los incendios forestales
Negligencia, el origen de los incendios forestales

En los últimos 15 días, los incendios forestales que se han registrado, en distintos puntos del país, han vuelto a ser el foco de la atención, manteniendo en vilo a la población. Uno de los más grandes se produjo en el distrito de Río Tambo, en la provincia de Satipo, en Junín, el 10 de setiembre de 2016 y afectó más de 19,000 hectáreas de cobertura vegetal, cultivos y hasta nueve comunidades. Hasta el viernes por la tarde, las brigadas contra incendios forestales realizaban trabajos de mitigación en zonas de difícil acceso.

Otro incendio de grandes magnitudes se produjo en el distrito de Yurimaguas, provincia de Alto Amazonas, en Loreto, donde las llamas consumieron 50 hectáreas de bosques y llevaron a las autoridades a declarar en emergencia el valle del Shanusi. El incendio, que comenzó el 16 de setiembre, solo pudo ser controlado tras una semana de esfuerzos.

EN PELIGRO. El Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN) del  registra 105 incendios forestales en 18 regiones en lo que va del año. Cusco, Apurímac, Puno y Pasco son las jurisdicciones que registran mayores incidencias de este tipo.

Fabiola Muñoz, directora ejecutiva del  indica que los incendios se monitorean mediante un satélite que identifica puntos de calor originados por el fuego. “La mayor cantidad de puntos de calor se presenta en puntos de la Amazonía, en regiones como Ucayali, Loreto, Amazonas, Huánuco y Junín”, indica.

Según la especialista, en el Perú no se generan incendios forestales naturales, sino que son provocados por malas prácticas, como la conversión del bosque y pastos para agricultura, y la quema de rastrojos en los campos de cultivo, acciones que están prohibidas por la Ley Forestal (N° 29763). “Todas estas prácticas deben prevenirse”, explica.

Estas actividades combinadas con factores como la poca accesibilidad de agua, el cambio climático y las condiciones climáticas en épocas de sequía - situación que se ha incrementado este año debido a la ocurrencia del fenómeno El Niño-, propicia que el fuego se vuelva incontrolable.

Además, por las características de cada ecosistema, cada incendio es distinto y para controlarlo se requieren equipos y estrategias diferentes.

PREVENCIÓN. Los entes encargados de fiscalizar y controlar las acciones que pueden derivar en un incendio son las autoridades regionales forestales y de fauna silvestre. “El problema es que la autoridad regional no siempre llega a tiempo”, explica Fabiola Muñoz. Es más, a veces no se puede ubicar a las personas que originan el fuego y muchas de las áreas no tienen título.

Aunque el Perú no cuenta con el equipamiento para controlar los incendios a nivel de países como Estados Unidos y Brasil, Muñoz asegura que “se ha tenido el equipamiento necesario para avanzar en el control de incendios”. En el caso de Satipo, por ejemplo, se utilizó por primera vez un helicóptero con canasta de agua que ayudó a mitigar el fuego.

“Hay un esfuerzo para responder, pero se requiere un esfuerzo enorme de trabajo colaborativo, capacitación, equipos especializados y mayor presupuesto”, explica.

Educación

Se requiere cambio de prácticas

Aunque la quema de pastos es considerada una práctica cultural, genera impactos negativos en el medio ambiente y está penalizada por las graves consecuencias que ocasiona.

Un ecosistema que ha sufrido un incendio forestal puede tardar en renacer entre 20 y 30 años si no se sigue un proceso de restauración controlado.

Por ello, las autoridades buscan capacitar a los campesinos para evitar estas prácticas.