Niños estudian en local declarado en alto riesgo

La institución educativa inicial N° 553 del asentamiento humano Las Canteras de Llicua, funciona en un local construido por la comunidad sobre una pendiente, lo cual representa un peligro para los niños de 3, 4 y 5 años.

Son 32 menores que estudian en este ambiente rústico de dos niveles, levantado con tapial, cuyas paredes presentan fisuras y el techo de calaminas tiene vigas de madera apolilladas.

Según los padres de familia, ningún representante de la Ugel - Huánuco o Dirección Regional de Educación ha visitado esta institución educativa, para tomar conocimiento de la difícil situación por la que atraviesa, pese a que el local está dentro del casco urbano de la ciudad.

En el lugar no conocen a la directora de Educación, Amarilis Domínguez, menos al director de la Ugel, Liberio Durán Martínez, quienes hasta hoy ‘brillan por su ausencia’.

De acuerdo a la resolución N° 973 -2014, la institución educativa inicial cuenta con perfil, expediente técnico y hasta con contrato para la construcción de una moderna infraestructura por parte del gobierno regional.

Sin embargo, la obra valorizada en S/. 1’291,647.61 nuevos soles, licitada en noviembre del año pasado, no se inicia por falta de presupuesto.

Según el dirigente, Jorge López Sobrado, existe un contrato firmado para la ejecución de la obra, por lo que demandó al gobernador regional, Rubén Alva, que cumpla el contrato, ya que la infraestructura donde actualmente estudian los menores no es la adecuada.

Recordó que el local tapial fue construido en el año 1,999, mediante una faena comunal, pero debido al deterioro y ante la necesidad de darles un espacio para que estudien los niños, los padres de familia en enero de este año acondicionaron este local, invirtiendo alrededor de S/. 5.000.00 nuevos soles.

López, agregó que pese a la remodelación, los ambientes fueron invadidos por palomas que contaminan el local con sus excrementos y parásitos. Mientras tanto, Noe Bedón Paulino, recordó que Defensa Civil declaró a los ambientes prestados por la comunidad como de alto riesgo, ante un eventual colapso.