La tasa de donación de órganos en el Perú es una de las más bajas de Latinoamérica y aunque miles de personas aceptan ser donantes, el trasplante no se realiza por la negativa de sus familiares.
Aunque se logró un pico de 4.3 donantes fallecidos por un millón de habitantes, la cifra disminuye porque los principales opositores a realizar el procedimiento son los familiares, a pesar que esta decisión esté confirmada en el DNI del fallecido.
En el Perú hay tres donantes por cada millón de habitantes. Según el Seguro Social de Salud (EsSalud) el procedimiento no deforma el cuerpo del occiso, sin embargo, los familiares tienen el temor de la desfiguración del cuerpo y el tráfico de órganos.