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Luego del escándalo que se desató tras descubrirse que en el mercado Laykakota de Puno se comercializa fetos para realizar pagos a la tierra, aún no se ha sancionado a los responsables de este hecho.

Durante la investigación que realizó la Policía a la comerciante Sulma Tapia Llanos, quien fue intervenida infraganti por agentes del Grupo Terna cuando intentaba vender el feto de un bebé de aproximadamente 6 a 7 meses de gestación, esta aceptó las acusaciones.

Ella declaró que efectivamente iba a vender el feto por la suma de 300 soles a dos mujeres que pretendían realizar un pago para una mina.

Según las primeras investigaciones la comerciante Sulma Tapia declaró que dos jóvenes llegaron cerca de las 9:30 horas del día 30 de abril para comprar un feto, ella en menos de dos horas consiguió el encargo.

Lo más cruel de este caso es que los restos del feto de sexo femenino no tenían ambas manos, pues según declaración de la comerciante estas extremidades son vendidas a 1500 soles en restaurantes para atraer a la clientela.

Ella misma admitió que pidió el feto a su concuñado Heber Mamani Velásquez quien también es comerciante en el mercado Laykakota.

Durante las diligencias ambos ciudadanos fueron interrogados y estuvieron dispuestos a esclarecer el hecho y a identificar a quienes les proporcionan los fetos.

Entorpecimiento. Sin embargo, cuando Heber Mamani Velásquez estaba a punto de contarlo todo ante la policía, llegó el abogado Richard Pérez quien se identificó como defensor de ambas personas y evitó que estos declararan sobre el hecho.

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