Desayunos (Foto: Difusión)
Desayunos (Foto: Difusión)

Desde su creación, en el año 2012, el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), ha logrado mantenerse vigente pese a los cuestionamientos por intoxicación de escolares y escándalos de corrupción.

El director ejecutivo del programa, Fredy Hinojosa, señala que hoy en día existen nuevas políticas que han logrado reducir a cero el número de afectaciones a la salud de los estudiantes. Además, asegura que se han establecido herramientas de control y fiscalización para evitar casos de corrupción.

Qali Warma fue fundado en octubre del 2012, durante la gestión del expresidente Ollanta Humala Tasso, con el objetivo de garantizar el servicio alimentario de los niños y niñas de primaria de las instituciones educativas públicas del país, principalmente, en zonas de extrema pobreza. En su primer año de gestión, en el 2013, el programa atendió a 2´781,805 estudiantes y a la fecha cuenta con más de cuatro millones de usuarios en colegios de cada rincón del país.

Sin embargo, a solo tres meses de entrar en funciones, Qali Warma registró su primer caso de intoxicación. Ocurrió en la provincia ancashina de Casma, donde las autoridades de un plantel educativo denunciaron que el desayuno del programa social provocó vómitos y diarreas a los estudiantes. Días después, en Puno, se reportó la entrega de panes con hongos, cuyos empaques no mostraban el nombre del proveedor, el registro sanitario ni la fecha de caducidad. Solo en el 2013, se registraron al menos ocho denuncias por intoxicación o productos en mal estado.

En el 2015, nueve niños de educación inicial del colegio número 318, de la ciudad de Juliaca (Puno), fueron evacuados al Hospital Carlos Monje de Essalud por presentar síntomas de intoxicación. Mientras que en el 2017, madres de familia del colegio República de Chile, en Casma (Áncash), hallaron un anzuelo que estaba en un lata de conserva de caballa.

La pregunta es qué hace Qali Warma para evitar que casos como esos se repitan. En principio, ha cambiado su proceso de selección de proveedores y control de calidad.

Como primer punto -según Hinojosa-, los alimentos que adquiere el programa cumplen todas las normas sanitarias. No se compra al mercado informal o de abastos, ya que todos los alimentos que se reparten son industrializados. Como segunda medida, los funcionarios de Qali Warma visitan la planta de producción de las empresas y verifican que el número de lote y cantidad producida concuerde con la información brindada por la autoridad sanitaria. Finalmente, los ingenieros alimentarios del programa realizan un análisis adicional de los productos.

“No basta que los proveedores traigan su registro sanitario o protocolo de las ciudades. Se hace una verificación, luego de eso -y con un análisis exhaustivo- recién se autoriza la liberación del producto; es decir, sale del almacén del proveedor y llega a las escuelas”, señala el funcionario.

Con estas nuevas medidas -dice Hinojosa-, se ha logrado que, en el 2019, la afectación a la salud de los usuarios del programa sea nula. Asegura además que los casos difundidos por presunta ingesta de alimentos del programa social, como el ocurrido en colegio “Rodrigo Lara Bonilla”, en el distrito de Lurín, responden a situaciones externas.

En cuanto al trabajo frente a la corrupción, el jefe del programa social indica que en el 2019 se ha aplicado la estrategia denominada “Urna de Cristal”, la cual busca fortalecer la transparencia e integridad en las etapas de evaluación y selección de los postores en los 116 comités de compra (conformados por autoridades del gobierno local, red de salud, prefectura y padres de familia), durante el proceso de adquisiciones de los productos.

De esta forma, señala, se han evitado posibles actos de corrupción en las referidas etapas y a la vez ha permitido que la ciudadanía tenga acceso a la información, ya que todo está digitalizado.