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Los ojos del pueblo nunca fallan. Cada año en los infieles son echados a la hoguera como rechazo a sus actos impúdicos, cuya tradición tiene significado de justicia popular, pues a través de esta muestra los pobladores puedan enmendar sus errores para no estar en boca de la vecindad.

Así es la festividad, que año tras año se torna multitudinaria en el distrito de Chongos Bajo en Huancayo, desde el sábado por la noche, cada barrio alberga a los jaranistas, personajes que visten poncho de vicuña, chalina, sombrero y botas, también acogen visitantes y turistas.

Mientras que en la noche y madrugada los jaranistas zapatean el huaylarsh bajo las melodías de competentes orquestas. Al rayar la aurora, pobladores de cada barrio llevan a los infieles, un varón y una mujer representados en muñecos para el ajusticiamiento.

RECORRIDO. En el trayecto los infieles recibieron latigazos, garrotazos, insultos, hasta la plaza principal, donde las cullucaras y los sacavuelteros fueron quemados.

Esta costumbre del distrito de Chongos Bajo en Huancayo, muchas veces ocasiona hasta divorcios o en otros casos, arrepentimiento y problemas en el matrimonio, ya que la representación de los infieles son réplicas de sus retratos y vestimentas. 

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