Regalemos una sonrisa a los niños de nuestra selva
Regalemos una sonrisa a los niños de nuestra selva

La vida en las comunidades de Incariado y Alto Incariado, para los niños, no es nada fácil. La mayoría tiene que caminar por más de una hora para llegar, todos los días, a su centro de estudios.

Día a día. Salvador es un niño de 8 años, el mayor de 3 hermanos, y a su corta edad, sus pies ya conocen el cansancio de recorrer kilómetros para llegar a su centro de estudios, pues su casa es una de las más lejanas de la comunidad.

Hay temporadas en las que Salvador tiene suerte y sus padres le compran alguna sandalia de segunda mano, pero hay otras en las que sus descalzos pies tienen que enfrentarse al barro, las piedras, las ramas y el asecho de los animalitos del monte, sin embargo, él ya se acostumbró, le gusta estudiar y sabe que si quiere ser alguien en la vida tiene que esforzarse y vencer las dificultades que se le presentan, pero a lo que no se acostumbra es a la pérdida de su camión, uno de los pocos juguetes que recibió en toda su vida y que un día simplemente desapareció. “Me divertía cuando iba caminando a la escuela porque jugaba con mi camión, para Navidad solo quiero tener otro carrito”, nos pide con ojos de esperanza. Nosotros le prometemos que tendrá su camión y le decimos que tenemos a miles de lectores que están dispuestos a donar regalos para hacerlo feliz, a él y a sus amigos.