Samuel Tejada Zegarra (24) es un joven estudiante de Ingeniería Metalúrgica de la UNSA, cursaba su último año de estudios y estaba a punto de ser padre. Pero de repente, su progenitor José Tejada lo acusó de asesinar a su nuera Karol Bernal Arce (24), madre de su nieto. Ayer, en horas de la mañana, Samuel decidió entregarse y confesar con frialdad su crimen.
Además, su conducta denotaba extrañeza. En su desplazamiento a la sede policial, se le notó imperturbable, sereno, en ocasiones sonriente, pero nunca triste o afligido.
Según explicó, los psicópatas narran el hecho con cero empatía, no tienen sentimiento de culpa y reaccionan de forma consecutiva.
Señaló, también, que el psicópata centra poder en su víctima. “Toma tanta presión sobre ella que decide si vive o muere...ellos planifican todo, lo que van a decir, como lo van hacer y ocultar”, dijo.
No hay arrepentimiento sincero, si muestra una sonrisa demuestra que lo ha disfrutado, y le gusta tener la atención, se siente importante.
En la etapa de desarrollo no tendría un sentimiento afectivo real, no tiene sentimientos. “Si él quiere un carro idea como conseguirlo sin importar los medios. Su sistema anímico está alterado”.