Semana Santa: Arzobispo de Huancayo lava los pies de 12 niños de albergue (FOTOS)

Continúan las actividades por Semana Santa. Imitando el gesto  de humildad y servicio que tuvo Jesús con sus doce apóstoles, durante la ultima cena y antes de iniciar su pasión y muerte, el Arzobispo de Huancayo, Monseñor Pedro Barreto, lavó los pies de 12 niños del albergue de Coto Coto que atiende la Sociedad de Beneficencia de Huancayo..

La ceremonia de "lavatorio de pies" que es usual del jueves de Semana Santa se llevó a cabo en la catedral de Huancayo y en ella se recordó la institución de  la Eucaristía o la misa y el sacerdocio.

El arzobispo manifestó que estos niños eran un regalo de Dios para representar a los doce apóstoles de Jesús; uno de ellos se puso a llorar, pero fue consolado y fue el primero a quien Monseñor lavó los pies.

En su mensaje de Jueves Santo, el pastor de la Iglesia en Huancayo, destacó esta fecha en la que el Señor instituyó el sacerdocio y la Eucaristía, porque quiso quedarse para siempre en las formas sagradas del pan y del vino.

Así como Jesús que vino a servir y no ser servido, manifestó que los sacerdotes están llamados a servir, porque es el fundamento de su ministerio y de su entrega, hasta el extremo de entregar la vida por la salvación del mundo.

A esta celebración asistieron el alcalde de la ciudad, Alcides Chamorro Balvín, el general de la PNP José Antonio Figueroa Gonzales, Director de la Región Policial Centro; el presidente de la Sociedad de Beneficencia Tobías Molina; y un representante del Ejército Peruano.

Al término de la misa que recordó la última cena de Jesús con sus apóstoles, monseñor Barreto entregó al alcalde de la ciudad, la llave del tabernáculo donde se guarda el santísimo, la misma que será devuelta el Viernes Santo.

Posteriormente, salió la procesión del Santísimo bajo palio, por el perímetro de la Plaza de la Constitución, acompañada por las autoridades y miles de fieles con velas encendidas, al final de la cual quedó en el monumento eucarístico de la catedral para la adoración nocturna.

Hasta la medianoche, miles de personas visitaron siete templos en recuerdo de las instancias por las que pasó Jesús antes de ser condenado a muerte.