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¡No vas a poder! Son palabras que muchas veces, Miguel Ángel, escuchó a lo largo de su vida. Pero terco como él mismo, le hizo oídos sordos. No se sabe de dónde, pero Miguel tiene una gran voluntad, casi divina que se manifestó desde el primer aliento de vida que tuvo. Y es que nacer a los cinco meses de gestación con un kilo 100 gramos, pondría los pelos de punta a todos, a todos menos a Rocío Pérez Aquino (43), su madre, para quien significó un verdadero milagro.

El comienzo. Desde un primer momento, Rocío supo que su hijo no podía ver. El ser un niño prematuro, provocó que Miguel al estar bajo de peso y sufriera algunos problemas como el daño irreversible que tiene al nervio óptico. Pero esto no la desanimó y desde los primeros años de vida hizo que recibiera terapias de estimulación temprana y asistiera a la institución educativa especial de El Tambo, Polivante, donde con el apoyo de sus maestras comenzó a desarrollarse. “La profesora Martha Breña, es una genia. Ella me ayudó bastante e hizo que no decayera”, agrega.

exclusión. Hace algún tiempo que el Estado, mediante el Ministerio de Educación emitió un reglamento que apoya la inclusión escolar de las personas con discapacidad. Bajo esta premisa, los directivos deciden sacar a Miguel del Polivalente para que siga sus estudios en una escuela de educación básica regular, es decir en una normal. Desde entonces con apenas seis años Miguel conoce lo que es ser discriminado. “Nosotros vivimos en el sector de Cajas Chico, Huancayo y por zonificación le tocó estudiar en la I.E. Santísimo Nombre de Jesús. En la escuela los niños lo trataban como un ser extraño, lo golpeaban, le escondían el bastón cuando quería ir al baño. Cuando iba a recogerlo lo encontraba con los pantalones mojados”, refiere su madre al momento de decir que para ella la “inclusión fue exclusión”.

La valerosa madre no sabe cómo explicar lo que paso después, pero un día, cuando su niño tenía ocho años, le dijo: “ya no quiero que me lleves a la escuela, voy a ir solo”. Para su madre ese fue el comienzo de su independencia, del querer defenderse de los demás sin ayuda de nadie.

Dice el dicho: “ciego que la agarra no la suelta”. Para Miguel este dicho es como una regla y como el mismo cuenta, para defenderse, cual ave a su presa, esperó el momento preciso para coger a aquel compañero agresor y sin soltarlo, le dio unas buenas tundas, hecho que lo llevó hasta la dirección de la escuela. Pero hizo que se ganara el respeto de sus compañeros.

logros. A las limitaciones de Miguel Ángel, se suma las carencias económicas. Su madre, como muchas mujeres en el país suplió las labores del padre, y para llevar un pan a su casa, hizo de todo, desde limpiar baños hasta cuidar niños ajenos “La falta de dinero siempre fue una barrera, vivíamos en un solo cuarto alquilado y a veces no teníamos que comer”, señala. Pero, esto no fue impedimento para que Miguel gracias a su inteligencia, logre estudiar becado toda la secundaria en el colegio Unión, institución conocida por su exigencia las matemáticas. Los cinco años de estudio para él estuvieron acompañados de triunfos materializados en sus medallas y diplomas. Muchos se preguntarán ¿Cómo lo hace? Él responde que para aprender, usa todo lo que está a su alcance desde palitos de chupete hasta fideos. Ahora lo hace con lo más preciado que tiene: una laptop.

Paralelo a sus estudios en el colegio, como buen perseverante, Miguel estudio inglés becado en el Icpna. “En ese lugar nadie creía en él, decían que no iba a poder, pero cuando llego al nivel avanzado, nada lo detuvo. Ahora solo falta que saque su título como profesor de inglés”, dice orgullosa su madre.

etapa universitaria. El año pasado, casi a finales de 2014, Miguel demostró una vez más su capacidad e ingresó en primera selección a la facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional del Centro del Perú (UNCP). “"Habían trece vacantes, yo ingresé con 14.70. Al principio pensé que no lo había logrado, pero luego me dieron la grata noticia"”, refiere.

A pocos días de que se inicien las labores académicas en la UNCP, el ingreso de Miguel hizo que se cuestionará la presencia de los discapacitados en las universidades del país. “Él tiene todo el derecho de que se le den todas las facilidades de un estudiante normal. De ser posible se le dará transporte, comedor, entre los otros beneficios que tiene la universidad. Sin embargo, todavía no estamos preparados. Hace falta un plan académico especial y ambientes adecuados”, señaló el vicerrector administrativo, Carlos prieto.

Por su parte, el decano de la facultad de Ciencias de la Comunicación, José Vilcapoma, se mostró sorprendido y dijo que no están preparados para este tipo de alumnos. “Veremos en consejo de facultad cómo podemos darle las facilidades de estudio”, acotó.

Mientras esto sucede, Miguel Ángel se encuentra con todas las ganas de comenzar su etapa universitaria y demostrar que todo es posible. Incluso su sueño de ser productor audiovisual, hacer películas y fundar una ONG que ayude a las personas como él.

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