Una vocación infinita para el periodismo
Una vocación infinita para el periodismo

Corría el año 1952, Manuel A. Odría había sido elegido hacía poco como presidente de la República en elecciones generales -como único candidato luego de su golpe militar-, y un pequeño Nilo Calero Pérez cursaba el cuarto grado de primaria en la Escuela Fiscalizada 2901 de Goyllarisquizga en Cerro de Pasco cuando le nació una pasión, aquella que no la deja por más de 60 años. El periodismo.

Desde entonces ha caminado un largo trecho, aquel que muy pocos han alcanzado, que está llena de experiencias y anécdotas, de frustraciones, de victorias, éxitos y logros. Trecho que es digno de ser llevado a un libro.

En efecto, toda esa experiencia fue plasmada en el libro Periodismo: Vocación y Acción, presentado en medio de gran expectativa y masiva concurrencia en el auditorio Saúl Muñoz de la Municipalidad Provincial de Huancayo el jueves en la noche.

PASAJES. La publicación narra pasajes de la vida profesional de este experimentado periodista desde cuando un profesor de lenguaje egresado de la Normal de Chupaca presentó ante el salón un cartel en blanco del tamaño de una carilla de un periódico y pidió a los pequeños estudiantes que la llenaran con noticias.

Fue Nilo Calero y Guillermo Vizurraga Muñoz, quienes luego fueron amigos y colegas, los que ante los ojos de aquel maestro tenían el periodismo en las venas.

“No se equivocó, porque no contento con eso comencé a enviar pequeñas noticias redactadas a Radio Corporación de Cerro de Pasco y las leían en el programa de noticias”, cuenta. Tenía apenas 12 años.

A eso le siguió una interminable lista de publicaciones tanto en secundaria como en superior, en Cerro de Pasco como en Huancayo, solo y junto a otros hombres con la misma vocación.

Pero aún estudiante universitario, postuló a un concurso convocado por el diario Correo y fue seleccionado como el mejor de un total de 30 postulantes. Su paso por esa casa editora le llevó primero a ser auxiliar de dirección, redactor, jefe de provincias y redactor principal. Su inclinación por la prensa fue más que tuvo que dejar sus estudios de zootecnia en la UNCP.

Tentado por una mejora económica, y pese a que el entonces director de Correo “Chalo” Hidalgo le ofreció duplicar su sueldo, postuló y ganó un concurso para el Ministerio de Educación con sede en Huancavelica. En sus trece años en esta labor, jamás abandonó su pasión por el periodismo y se hizo además corresponsal de Expreso y condujo un programa informativo con corte educativo durante doce de los trece años que estuvo en aquella región.

A su regreso a Huancayo, pisó La Voz de Huancayo y nuevamente Correo, donde volvió como redactor, pero su habilidad en la redacción le llevó pronto a hacerse como jefe de provincias, de informaciones, de redacción, encargado de dirección y finalmente director.

MENSAJE. El también fundador del diario Primicia es claro al señalar la distorsión en la que han caído los periodistas modernos, pues señala que el mensaje se ha alejado de la verdad y ha llegado a niveles de escándalo y desinformación.

Recomienda a las nuevas generaciones de hombres de prensa lectura, que a decir de Nilo Calero nunca es demasiado.