Vandalismo se desató en el torneo de Segunda División
Vandalismo se desató en el torneo de Segunda División

El estadio Mariscal Cáceres fue escenario de una batalla campal originada por hinchas y jugadores de Nueva Juventud Las Malvinas, quienes no aceptaron la derrota de 0-1 frente a Defensor El Milagro, en encuentro definitorio por el ascenso a Primera División del Cercado de Tumbes.

El partido durante el tiempo reglamentario fue equilibrado, sin embargo, el cuadro violeta supo aprovechar una clara ocasión de gol al minuto 2 del segundo tiempo, por intermedio de William Céspedes Cruz.

Cuando se jugaba el minuto 20, el técnico de Juventud Las Malvinas ingresó a protestar un fallo del árbitro Luis Costa Melgar, incluso lo retó a pelear.

Luego de diez minutos se recuperó el principio de autoridad y se siguió con el juego hasta el final.

Según testigos, algunos hinchas se las ingeniaron para ingresar un saco lleno de palos por la puerta principal con el objetivo de manchar la tarde deportiva en caso de una derrota.

Ya cuando los jugadores de Defensor El Milagro festejaban el ascenso a Primera, un grupo de cerca de 70 personas rompió el alambrado y el candado de la puerta e invadió el campo de juego donde el blanco era la terna arbitral, siendo el más perjudicado el juez de línea Teobaldo Farfán Rivera a quien le reventaron la cabeza y sus acompañantes Luis Costa Melgar y Oscar de la Vega More recibieron palos y pedradas.

No sólo los hinchas atacaron, incluso los mismos jugadores de Juventud Las Malvinas causaron desmanes y empezaron a repartir golpes a quien se le cruzaba en el camino.

El poco contingente policial tuvo que pedir apoyo a la región policial, y tuvieron que hacer uso de las bombas lacrimógenas para disuadir a los vándalos del fútbol.

Toda la terna arbitral tuvo que ser ingresada a un patrullero con destino al hospital José Alfredo Mendoza Olavarría (JAMO), para ser atendida en el área de emergencia.

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