Villarán nombró en la Beneficencia a izquierdista que prestó 70 millones a quebrada Cayaltí
Villarán nombró en la Beneficencia a izquierdista que prestó 70 millones a quebrada Cayaltí

No parece el más adecuado, pero es un veterano experto izquierdista. Carlos Otero Bonicelli, quien como gerente general de la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide) embarcó a esta entidad en una desafortunada aventura empresarial en la quebrada azucarera Cayaltí, fue nombrado nuevo presidente de la Beneficencia Pública de Lima (BPL) por la alcaldesa Villarán, en remplazo de Josefina Capriata.

Otero fue gerente general de Cofide cuando el actual presidente de la SBS, Daniel Schydlowsky, presidía la primera entidad, que tenía entre sus directores a Fernando Villarán, hermano de la alcaldesa y exministro de Trabajo.

Graduado como economista en la Universidad Agraria de La Molina, la carrera pública de Otero comenzó en la dictadura velasquista, cuando fue nombrado director general de Asuntos Económicos del MEF desde junio de 1969 hasta el mismo mes de 1970. De allí pasó a ser director ejecutivo de la ex Conasev (hoy Superintendencia del Mercado de Valores) hasta julio de 1973. Años después fue coordinador del marxistoide "think tank" Desco (enero1976-diciembre 1978).

Durante el primer gobierno aprista, fue director y gerente general de Cofide desde julio de 1986 hasta julio de 1988. Retornó a dicho ente como presidente del directorio bajo el fujimorismo (90-93) y luego, de modo sorprendente, como gerente general con Toledo, a quien su pasado de funcionario fujimorista no le incomodó, como tampoco ahora a Villarán, y permaneció allí hasta bien entrado (2009) el segundo gobierno aprista. También fue asesor congresal de Javier Diez Canseco y del exministro de Educación Nicolás Lynch, con quienes comparte amistad e ideología. Precisamente, a Otero se le criticó mucho en su momento cuando Cofide contrató inusitadamente a Lynch como consultor en la operación Cayaltí.

OPERACIÓN DIABÉTICA. Correo consultó con el analista Ricardo Valcárcel para conocer si la operación que organizó Bonicelli en la azucarera Cayaltí fue acertada. El experto la calificó como una pésima decisión, porque esta azucarera ya estaba irremediablemente quebrada cuando el 24 de abril del 2003 se firmó el contrato de fideicomiso de Cayaltí con el Gobierno Regional de Lambayeque, cuyo presidente era entonces el actual congresista Yehude Simon.

Añadió que la intervención de Cofide, que garantizó ese fideicomiso por S/.70 millones, ya no tenía sentido, pues hasta los registros contables de Cayaltí habían desaparecido y sus pasivos (deudas) eran enormes, y muchos desconocidos, además que sus activos estaban totalmente depreciados físicamente o perdidos.

Precisó que ese fideicomiso se vence el próximo año, y como Cayaltí aún no levanta cabeza, la estatal Cofide responderá por esos S/.70 millones que garantizó Otero Bonicelli y que apadrinó Yehude Simon, otro responsable del despilfarro.

Con esta amarga experiencia, es de esperar que Otero Bonicelli no embarque a la Beneficencia en otra aventura desafortunada.