Violencia contra la mujer: Se buscan hogares refugio
Violencia contra la mujer: Se buscan hogares refugio

El 22 de julio pasado, Ismael Condori Antallaca fue sentenciado a un mes de prisión por agredir a su pareja Gladys Chura en Puno. Él cumplirá su sentencia en el penal de Yanamayo y luego podrá retornar a su hogar. Gladys podría ir a un hogar refugio para víctimas de violencia familiar si en su localidad existiera una cercana.

Sin embargo, en el país solo existen 46 de estos locales a lo largo del territorio nacional.

Según Lisbeth Guillén, directora del programa de Democracia del movimiento Manuela Ramos, actualmente los pocos espacios que “existen son iniciativas privadas que dependen de lideresas y organizaciones de mujeres”.

Es más, agrega, en las regiones existen muy pocos de estos espacios.

REQUISITOS. Pero para ingresar a una casa refugio es necesario seguir una serie de requisitos: si es una institución la que deriva a la víctima, como los juzgados, primero se evaluará la gravedad y el riesgo existente para coordinar una vacante en el hogar.

En ciertos casos se pueden contactar con hogares en otras jurisdicciones para priorizar la seguridad de la víctima.

Sin embargo, explica Guillén, si una persona se siente vulnerable, también puede acudir a las organizaciones de mujeres de su comunidad, a la Defensoría Municipal del Niño, Niña y Adolescente (Demuna) e incluso a comisarías para que le indiquen cómo llegar a uno de estos ambientes.

Actualmente hay redes de organizaciones e instituciones dedicadas a la protección de las víctimas de violencia.

La finalidad de estos espacios es brindar protección, albergue y atención a las víctimas de violencia familiar que se encuentren en riesgo de feminicidio o peligra su salud física o mental.

Según la Ley 28236, las casas refugio están a cargo de los gobiernos locales.

Patricia Sarmiento, adjunta para los Derechos de la Mujer de la , explica que el  no está obligado a crear estos espacios, pero sí a supervisarlos y llevar un registro que es confidencial.

Explica que en los informes que elabora la Defensoría sobre la situación de las casas refugio hallaron que los gobiernos locales no realizan acciones para implementar estos espacios de forma adecuada. Pese a que existen incentivos para su formación.

Además, hay un bajo índice de víctimas que piden ayuda.

Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2015, solo el 27.5% acude a instituciones públicas para solicitar ayuda en casos de violencia. El 43.8% prefiere pedir ayuda a sus familiares.

CONFIDENCIAL. La lista de personas que existen en las casas refugio no se halla disponible fácilmente. Una de las características de estos espacios es la confidencialidad.

“La idea es que sean lugares donde las mujeres puedan sentirse seguras”, explica Sarmiento.

La información no puede ser pública para evitar que los agresores vuelvan a atentar contra ellas.

Además, las mujeres pueden tener acceso a diversos servicios, dependiendo de la implementación de cada hogar refugio.

Las mujeres que no son atendidas adecuadamente en alguno de estos espacios pueden recurrir a las oficinas defensoriales que existen a nivel nacional para verificar que cumplan las funciones establecidas en el plan nacional contra la violencia de género.

Guillén hace énfasis en la necesidad de una mayor articulación entre estos espacios y los otros servicios que existen para atender la problemática de la violencia.

Entre ellos, las comisarías; los Centros de Emergencia Mujer (CEM), que existen en cada municipalidad; los juzgados y la asistencia legal.

Estos espacios comunican las dificultades, progresos y logros de las personas albergadas. Para egresar se evalúa si variaron las condiciones de riesgo, a fin de determinar con la persona albergada su egreso y su inserción a sus redes de soporte.

CIFRA 

54.8% de tolerancia hacia la violencia contra la mujer existe en la sociedad peruana.

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