En las últimas semanas se ha cuestionado mucho la filtración de algunos terroristas en la lista de personas que serán resarcidas o indemnizados por el Estado al haber sido consideradas víctimas de la violencia por la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

Casos como los de Osmán Morote y Margie Clavo, integrantes de la cúpula de Sendero Luminoso (SL), han levantado la alerta, pues ambos pretendieron ser reconocidos en el Registro Único de Víctimas del Ministerio de Justicia.

Pero ¿y si algún posible terrorista logró burlar al Estado? Documentos alcanzados a Correo sustentan la versión del aparente pago de una indemnización a un supuesto requisitoriado por terrorismo, Luis Antonio León Borja, una de las personas que fue asesinada durante la recordada incursión que realizó el denominado grupo Colina en Barrios Altos el 3 de noviembre de 1991.

Un parte de la Dirección Contra el Terrorismo (Parte Número1005-D1-DIRCOTE), en el que se detallan paso a paso las acciones que realizó la Policía Nacional, señala que tras investigar el pasado de las 15 personas asesinadas -entre ellas un niño-, se encontró que una de las víctimas estaba requisitoriada por terrorismo.

CAMARADA "PABLO". Según reza el parte de la época, con fecha 25 de junio de 1991, es decir, solo cinco meses antes de su asesinato, León Borja se encontraba "requisitoriado" (buscado) por el delito de terrorismo por el 13º Tribunal Correccional de Lima (nombre con el que antes se conocía a las actuales fiscalías).

Incluso, mucho antes, a sus 22 años, ya había sido investigado por su presunta pertenencia a SL: el 11 de julio de 1985 su caso pasó al 21 Juzgado de Instrucción de Lima. Y el 8 de mayo de 1986 también se le procesó en el 43 Juzgado de Instrucción de Lima por terrorismo.

El día de la incursión de Colina, León Borja acudió hasta la casa de su familiar Filomeno León León, quien domiciliaba en el departamento 101 de la quinta del Jr. Huanta 480, en Barrios Altos, lugar que, según algunas investigaciones policiales de la época, al parecer era utilizado como un centro de reuniones de SL.

Según las fuentes policiales, por entonces León Borja era tratado en sus investigaciones como el probable camarada "Pablo", por presuntamente formar parte de un destacamento especial de SL en Lima. Incluso, en el juicio oral, un agente infiltrado del Ejército, Douglas Arteaga, lo habría reconocido entre otros terroristas.

Su testimonio nunca fue tomado en cuenta, como tampoco se convocó a los vecinos de la quinta para que rindan su declaración.

HOY HABLAN. Es por eso que, 20 años después, Correo acudió hasta la quinta del Jr. Huanta 480 y obtuvo reveladores detalles sobre lo que realmente ocurrió tras el asesinato. Nadie quiso hablar por aquel entonces, por temor tanto a Sendero como a los militares.

Un vecino de la quinta, que ya lleva cerca de 20 años en el lugar, manifestó que muchas de las familias que vivían allí -algunas ya se mudaron- "conocían que algunos pertenecían al Partido Comunista y eran del movimiento".

"Acá no ha venido nunca nadie a realizar una investigación, porque sí hay vecinos que les han ayudado (a los terroristas) y que por su silencio incluso no recibieron nada", indicó.

Inclusive narró que en una oportunidad conversó con un supuesto "heladero", quien le contó que acudía a la quinta a visitar a sus "camaradas".

"Donde compro materiales para mi trabajo, me encontré con un señor que vendía helados. Y cuando le doy mi dirección, me dijo que 'conocía bien' esta casa. Y le pregunté: '¿Cómo la conoce?'. Y me dijo que 'mis camaradas' vivían allí'", narró.

Sin embargo, aseguró que él no era "ningún soplón". Y que la mayoría había callado...

"Yo no quisiera decir que dos personas han venido a mí y me han amenazado para que hable, porque ellos amenazan, ellos 'cobran'. Ellos (los terroristas) 'cobran' con (la) vida, es lógico en el término delincuencial. (Me van a decir) Por qué tuviste que decir lo que no tuviste... Y quizá no empiezan conmigo, sino que empiezan con algún familiar", sostuvo.

"Ellos (refiriéndose a sus vecinos) saben más que yo. Más todavía, porque yo mismo les he pedido que me hablaran. Con mucho cuidado, porque no es de ahorita, sino de toda la vida. Yo no quisiera sindicarme como 'soplón', porque siguen viniendo los de Derechos Humanos a sacarse fotitos", acotó finalmente.

Conversamos también con Alfredo López Guillén (76), quien vive en dicha quinta desde los años 70, y que recordó que Filomeno León, familiar de León Borja, estuvo herido días antes de su muerte y que jamás les comunicó la actividad ("pollada"), que era supuestamente para arreglar el servicio de agua.

"Según cuentan, el que organizó la pollada fue un tal León. Él organizó la pollada con el cuento de recoger fondos para el agua, pero la mayoría no sabía. Yo tampoco sabía", afirmó.

El señor López recuerda incluso que durante el velorio de León se habló sobre sus actividades ocultas, presuntamente en SL. "Después yo me llegué a enterar en el velorio del heladero de donde vivíamos, en el Sindicato de Panaderos de Huanta. Ahí había un comentario de que el tal León unos días estaba cojeando y (que) él dijo 'me he caído jugando pelota', pero en el velorio se supo que no había sido (por una) caída, sino (por) un balazo. Muy posible (que) estaba metido en algo", señaló.

También recordó que el mismo Filomeno León -familiar de León Borja- le había contado que vino de Ayacucho a Lima huyendo de los militares.

LO NIEGAN. Correo buscó a los familiares más cercanos de León Borja.

Nos encontramos con una tía suya que nos comunicó con sus hermanos Juan Carlos y Alexandra Borja León. Ambos negaron que su hermano haya pertenecido a SL, pero reconocieron que por años fue investigado e incluso recluido en el penal Castro Castro por terrorismo.

"Las dos veces que ha caído (detenido) siempre ha salido absuelto. Mi hermano jamás ha pertenecido a un grupo sedicioso. Mi hermano nunca ha sido sentenciado. Sí hubo especulaciones, pero no le probaron nada", alegó Alexandra.

Nunca fueron llamados para las investigaciones porque nunca hubo garantías. "A decir verdad, ni mi papá ni mi mamá fueron por la edad. Y no quisieron que nosotros nos mezclemos en este tema", indicó.

Incluso aseguró que el grupo Colina pensaba que su hermano habría sobrevivido. Finalmente, añadió que su hermano no vivía en el Jr. Huanta y que solo llegó allí a colaborar con su familiar.

BORJA INDEMNIZADO. Más allá de cuál fue su verdadero accionar, Borja León terminó siendo indemnizado por el Estado, pues la polémica CVR concluyó que fue una víctima y que nunca se sustentó su pertenencia a SL. Ello pese a que por muchos años estuvo bajo sospecha por actividades terroristas e incluso requisitoriado por tal delito al momento de su muerte.

Así, mediante el cheque N° 00039855 (7 de mayo del 2002) se le entregó poco más de S/.32,234 a su madre, Estela Borja de León. Asimismo, el cheque N°00031173, por S/.30,200, fue entregado a su padre, Fausto León Ramírez.

Según información proporcionada por su hermana, Alexandra León Borja, el Estado también indemnizó a su hijo (de iniciales L.A.L.F., quien el año pasado cumplió la mayoría de edad) y a la madre de este, Elizabeth Raquel Flores Huamán. Se desconocen los montos que les fueron pagados.

Piden salida de Sofía Macher

Tras conocerse que la Comisión de Reparaciones presidida por Sofía Macher dedicó tiempo a evaluar pedidos de miembros de la cúpula de Sendero Luminoso para que sean considerados víctimas de la violencia, la que ellos mismos propiciaron, el exministro de Defensa Rafael Rey pidió la renuncia inmediata de la exintegrante de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR).

"Debe irse a su casa. Ya no caben explicaciones de parte de la señora Macher; no se puede esperar otra cosa de ella. Tomemos como muestra la barbaridad que hicieron con el Informe de la CVR. Se dejó de lado a los militares. Ella lo reconoce, y eso ya la descalifica para seguir al frente del registro de víctimas", indicó.

Por ello, Rey consideró que se debe realizar una revisión completa y detallada de los nombres de las personas que se encuentran en trámite o ya inscritas en el citado registro. "No es solo por la excusa de que recién ahora se hayan desestimado los pedidos de los terroristas, sino por el hecho de que la comisión presidida por la señora Macher le ha dedicado un solo minuto a los líderes de Sendero para revisar sus casos, cuando han debido ser rechazados de plano", manifestó.