Cuando faltan solo cinco días para las elecciones municipales y regionales, el candidato de Solidaridad Nacional (SN), Luis Castañeda Lossio, aceptó a regañadientes brindar algunas declaraciones en un ocasional encuentro con Correo. El "Mudo" -como se le conoce- había soltado ya sus ideas fuerza durante el último debate, pero con mucha terquedad y algo de artilugio le arrancamos algunas palabras. Castañeda no solo habla de la campaña, sino también de algunos aspectos de sus vida personal y de sus expectativas en medio del agitado proceso electoral en Lima.

Muchos dicen que Luis Castañeda Lossio no está en forma para la campaña...

Debo decirle que siempre me levanto muy temprano, suelo hacer deporte y voy a un gimnasio cerca de mi casa. Allí estoy alrededor de las 5:30 y seis de la mañana. Toda mi vida he hecho deporte.

¿Preparado para el último rush de la campaña?

Estamos preparados y muy tranquilos, con mucha fe y optimismo para lo que resta de esta campaña.

¿Cómo encuentra Lima tras los cuatro últimos años?

Lima viene de un cataclismo que duró cuatro años, un cataclismo administrativo y moral. Tenemos que remontar esta situación. Ha sido una paralización en la que los problemas de Lima se han acrecentado. Como se dice en términos deportivos, hay que poner mucho pulmón para darle vuelta a esta circunstancia.

No habrá tiempo ni de respirar si se concreta una tercera gestión, porque le exigirán más que a Villarán...

Lo que puedo decir es que si el pueblo y Dios deciden darme ese encargo, con muchísimo ahínco lo haré. Es un trabajo que no tiene horario, sin sábados ni domingos. Es una tarea muy ardua.

¿Cuál es el impulso espiritual que lo empuja a cumplir sus objetivos?

Mis hijos. Son dos muchachos extraordinarios. Lucho, el mayor, y Darío, el segundo, son jóvenes profesionales exitosos. Compartimos una relación muy personal, fuera de los eventos. Somos una mezcla de una relación hasta fraternal. Somos grandes amigos. Cuando estoy con ellos, es como si estuviera con un par de amigos; jugamos, hablamos y la pasamos bien.

Y con este trajín de la campaña, ¿tiene tiempo para su vida personal?

Es bastante difícil; en estos momentos, por ejemplo, he dejado de hacer mi deporte.

Los recorridos proselitistas le han hecho perder peso.

Debo haber bajado tres o cuatro kilos. Lo que pasa es que cuando tú estás trabajando mucho, el tiempo se te va rápidamente, no te das cuenta y te adelgazas porque no tienes tiempo para comer. Ha sido una campaña sui géneris, cara a cara, subiendo cerros, recorriendo distritos, estar por aquí y por allá.

A veces lo tildaban de enfermo, decían que no podía caminar, lo

mataban y lo resucitaban.

De todo me han dicho en esta campaña: lavador de activos, que estoy involucrado en Comunicore, llamaban a médicos, hacían consultas. La verdad es que no estoy penando, estoy vivo, estoy bien de salud. Hago bicicleta en la calle.

¿Qué significado tienen para usted las escaleras solidarias?

Son tres mil escaleras más o menos. Fuera de los números, estas son sumamente importantes. La gente no se da cuenta hasta que se sube a un cerro. Arriba es muy lindo, porque desde los cerros las escaleras se ven como una suerte de serpentinas amarillas.

Ha prometido construir más hospitales del SISOL porque sabe que el grueso de sus votos está en la gente que usa dicho servicio...

Los Hospitales de la Solidaridad fueron producto de la gestión nuestra. Lo que toca hacer ahora es devolverles la calidad. Hemos dicho que construiremos cinco hospitales más con tecnología de punta. Los votos que tengo, son de la gente que quiere el cambio, de la gente que busca una ciudad más moderna, humana y solidaria. Cuando hablo con la gente durante mis recorridos, lo primero que hago es agradecerle por haberme permitido estrecharle la mano y darle un abrazo.

También tiene un gran reto en seguridad y transporte. Sus oponentes señalan que usted no tiene propuestas...

Aquí se debe hacer una sinergia, es decir, sumar esfuerzos de la Policía Nacional con la participación ciudadana. En Lima hay más de dos mil intersecciones, las cuales serán semaforizadas, y que necesitan fibra óptica. Esa fibra óptica hará que todos funcionen de manera inteligente. Además, habrá cámaras de seguridad en estos más de dos mil puntos, los cuales estarán vigilados. Todo esto se reporta al Observatorio de la Policía y la fibra óptica servirá para interconectar las comisarías. Con este esquema, estarás aliviando en parte el transporte y ayudando a la seguridad.

¿A su juicio hay en marcha una "reforma del transporte"?

El Corredor Azul no tiene nada de reforma. La verdadera reforma del transporte la comencé yo con el Metropolitano. El Corredor Azul es solo un conjunto de buses viejos que los pintan en un taller mágico y de viejos aparecen nuevos. Encima les borran todas las papeletas y no pagan las multas que les habían aplicado.

Los periodistas se preguntan dónde esperará los resultados del domingo.

El sitio aún lo estamos buscando, pero será con toda mi familia. Nos vamos a juntar a desayunar y así esperaremos los resultados.

¿Qué otros planes para el final del día de la elección?

Voy a tener una misa. Antes el padre Serpa nos acompañaba en todos los eventos electorales en los cuales hemos participado; él encabezaba una misa familiar. Ahora hemos hablado con el padre que lo está sustituyendo, porque Serpa lamentablemente falleció. El próximo domingo acudiremos a una misa siguiendo nuestra tradición.

¿Qué desea este domingo?

Deseo este domingo que pueda agradecer a la población y a Dios en caso me den el encargo (de gobernar Lima).

¿Cómo analiza el papel de la prensa en este proceso electoral?

No tengo vocación de mártir; la prensa cumple su papel. Mientras no se vulnere la libertad de prensa, tenemos que ser siempre tolerantes.

Correo reveló la semana pasada que la MML realizó focus group electoral supuestamente con recursos municipales. ¿Qué opinión le merece?

Con esta revelación se demostró toda la corrupción que hay en la Municipalidad Metropolitana de Lima y que gracias a la libertad de prensa se ha destapado.

Esperamos hacerle otra entrevista más adelante...

Claro, les doy mi palabra. ¿Y sabe por qué? Porque tengo la palabra más importante: la palabra del mudo (risas).