Controversia y rechazo contra Ley Universitaria
Controversia y rechazo contra Ley Universitaria

La aprobación del proyecto de modificatoria de la Ley Universitaria revolucionaría totalmente la formas de gobierno y educación en los centros superiores; no obstante, mientras la Comisión de Educación del Congreso busca sacarla adelante hasta lograr su promulgación, los rectores y dirigentes estudiantiles intentan traérsela abajo, calificándola de intervencionista y garante de nada.

El rector de la Universidad Señor de Sipán (USS), Humberto Llempén Coronel, considera necesaria la modernización de la legislación que los gobierna, pero rechaza que el Gobierno, a través del Ministerio de Educación, busque controlarlos. "¿El Estado es acaso un buen administrador? Veamos nomás cómo está la educación en los niveles primarios y secundarios. Sugiero mayor discusión con quienes más conocen de universidad, pues el debate actual es desordenado y con escaso interés por parte de las bancadas parlamentarias", refirió.

Similar opinión comparte el rector de la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo (USAT), Hugo Calienes Bedoya, quien recuerda que las autoridades universitarias tienen elaborada una alternativa legislativa que debe ser respetada. "Me parece absurdo que se intente crear una nueva ley. Además, el debate (en la comisión del Congreso) resulta inoportuno cuando no se toma en cuenta la opinión de los que sabemos de universidad. Tenemos propuestas de modificatorias muy convenientes y que requieren ser tomadas en cuenta", señaló.

SUPERINTENDENCIA. En la misma línea, el presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios de Lambayeque, David Vílchez Estela, afirma que la reforma de la Ley Universitaria es importante, pero al mismo tiempo cuestiona la supuesta manipulación que busca el Gobierno a las casas de estudios superiores. La creación de la Superintendencia se prestará para que los gobiernos de turno usen a las universidades de acuerdo a su conveniencia", indicó el también estudiante de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo.

Aunque en más de una vez el ex presidente de la Comisión de Educación del Parlamento, Daniel Mora, expuso que la creación de esta entidad no vulnera la autonomía universitaria, los rectores insisten en señalar lo contrario. "La Superintendencia será quien apruebe las nuevas universidades, programas y planes de estudios. Vale preguntarnos si esta entidad estará supeditada a intereses políticos. Mejor sería dar a la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) u otro organismo, potestades para que puedan no solo coordinar, sino ayudar en las decisiones de la creación de nuevas carreras, planes de estudio, modernización de la estructura, elección de sus autoridades y control", propone Llempén Coronel.

Mientras tanto, para el rector de la USAT, el choque de opiniones que generó la aprobación de este organismo no debe terminar en enfrentamientos distantes. En ese sentido, Hugo Calienes precisa que el presidente de la ANR, Orlando Velásquez Benites, debe dialogar con los miembros de la Comisión de Educación para que la actualización de la Ley Universitaria esté balanceada. "No se trata de defender opiniones personales, sino de ver cuál es lo mejor para las universidades peruanas", puntualizó.

ALUMNOS ETERNOS. El capítulo IX de la norma, que entrará a debate en las próximas semanas, propone la expulsión de los llamados alumnos eternos, muy comunes en las casas de estudios nacionales. La propuesta plantea dar un adicional de dos años o cuatro semestres a los universitarios para culminar la carrera regular. En caso de sobrepasar el límite, el alumno será retirado de la carrera. Similar situación se plantea con la aprobación de los cursos, pues el estudiante que desapruebe más de tres veces el mismo curso será expulsado de la institución.

La propuesta pondría en jaque a más de un alumno de la UNPRG donde el dirigente estudiantil Vílchez Estela admite hay varios 'estudiantes eternos'. "Hay cerca de 70 alumnos que llevan hasta 9 años en la universidad y otros 20 universitarios están allí hace trece años. Es una especie de mafia enquistada que poco a poco ha ido desapareciendo, incluso algunos hasta formaron empresa dentro de ella", advirtió.

Aunque admite la presencia de 'alumnos eternos', Vílchez Estela no cree que la aplicación de la nueva norma sea la cura para acabar con ella. Por el contrario, señala que esta servirá de excusa para echar a los líderes universitarios que se opongan a los lineamientos del Gobierno. "Estoy de acuerdo con el plazo máximo para acabar la carrera, pero no que te expulsen por jalar tres veces un curso porque esto se presta para que los docentes te desaprueben injustamente si ven que eres una amenaza política para ellos", sostuvo.

Diferente perspectiva tiene el rector de la USS, quien señala que si el estudiante desaprueba tres veces el mismo curso, significa que no tiene el perfil para seguir la profesión escogida.