Hoy se cumplen cinco años desde que el expresidente Martín Vizcarra, el 15 de marzo de 2020, declaró el primer Estado de Emergencia Nacional de los muchos que seguirían, con el objetivo de frenar los contagios por el COVID-19.

La pandemia empezaba y el mundo espectaba aterrado los primeros zarpazos de la muerte.

Vizcarra se creyó un estadista y empezó a adoptar medidas que solo llevaron al Perú a convertirse en el país con la mayor tasa de muertes per cápita a nivel mundial.

También expuso las graves deficiencias en el sistema y la infraestructura de salud, las fallas en las políticas públicas y la gestión errónea en la adquisición de pruebas rápidas para detectar a los infectados.

A lo largo de los meses, miles de ciudadanos agonizaron y murieron a causa del virus por hospitales colapsados y una pésima gestión pública.

CAOS EN LA GESTIÓN

Cuando el exjefe de Estado implementó la emergencia, en un mensaje a la Nación acompañado de sus ministros, obligó a miles de familias a aislarse en sus hogares por 90 días, periodo que finalmente se extendió a más de 100 días. Para ese 15 de marzo, se registraban 71 infectados desde el 6 de marzo que se detectó al primer contagiado.

Aquel 15 de marzo, Vizcarra cerró las fronteras, suspendió el transporte terrestre y aéreo, y dispuso que las Fuerzas Armadas y la Policía salieran a las calles para asegurar que los ciudadanos cumplieran con las medidas.

No obstante, a lo largo de la gestión se cometieron varios errores y uno de los más significativos fue la entrega de bonos de ayuda de 380 soles para los ciudadanos, una medida que expuso al contagio de los adultos mayores. Esta disposición generó focos de contagio, ya que para recoger el bono se les solicitaba a las familias realizar largas colas en los bancos.

En muchos casos, se reportó que eran los adultos mayores quienes acudían a recogerlo, convirtiéndose en un grupo etario particularmente vulnerable.

Como sabemos, los adultos mayores fueron los más afectados por el coronavirus.

Otro error grave fue la asignación de más de 100 millones de soles para adquirir 1.6 millones de pruebas rápidas, a pesar de que estas pruebas presentaban una alta tasa de falsos negativos.

Esto generó incertidumbre, ya que las personas no sabían si estaban contagiadas o si requerían atención médica. Como resultado, muchos pacientes se expusieron aún más al virus, lo que llevó a un aumento en las infecciones y, lamentablemente, en las muertes.Lo curioso fue que en el mundo ya se conocía que este tipo de pruebas no eran confiables.

Entre tanto, el Gobierno del expresidente Martín Vizcarra, tras las recomendaciones del Comando COVID-19, dispuso que las salidas de las personas se realizaran de manera diferenciada por género.

Según esta disposición, los hombres podían salir los lunes, miércoles y viernes, mientras que las mujeres podían hacerlo los martes, jueves y sábados.

Todo ello ocurrió entre el 3 y el 10 de abril de 2020 en plena emergencia sanitaria.

Vizcarra decidió implementar el “pico y género” que aplicaba por entonces Panamá. Con dicho modelo, el Ejecutivo planteaba un nuevo martillazo a la curva de contagios.

El problema radicó en que durante los días asignados para las mujeres, el movimiento en los mercados y locales era superior a los que se registraba en el turno de los hombres.

MÁS CAOS

Para octubre de 2021, el Perú se convirtió en el país con mayor muerte de coronavirus por millón de personas.

De acuerdo con la base de datos de la Universidad Johns Hopkins, el Perú para entonces registró 5 996 muertes por cada millón de habitantes. Ello superó ampliamente a países como Bulgaria, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Canadá.

Hasta ese entonces no había un claro sinceramiento en las cifras que reportaba el Gobierno sobre los decesos reportados por coronavirus.

De acuerdo con el Ministerio de Salud, hubo cinco olas con respecto a los casos registrados por coronavirus. La primera se dio en abril del 2020, la segunda el 3 de noviembre del 2020; la tercera, el 10 de diciembre del 2021; la cuarta ola el 29 de abril del 2022 y la quinta el 19 de octubre del 2022.

En todas ellas, el Estado no dio respuestas rápidas y menos fortaleció los establecimientos de salud hospitalaria, puesto que durante la pandemia se requerían camas UCI, las que colapsaron.

Un caso gravísimo sucedió con el déficit de oxígeno. Su ausencia en los hospitales ocasionó miles de muertes.

El Gobierno nunca supo resolver el tema y hasta el premier Vicente Zeballos se negó a recibir una donación de la empresa Southern Perú.

Cabe recordar además que en 2021 se reveló que el expresidente Martín Vizcarra se inoculó de forma irregular a espaldas de todos los peruanos contra el coronavirus.

La difusión informativa se dio en el programa del periodista Beto Ortiz. Para ese entonces Vizcarra recibió dosis de Sinopharm que habían sido destinadas para ensayos clínicos.

El Gobierno oficializó el fin del estado de emergencia nacional el 26 de octubre del 2022.