Daniel Urresti: Psiquiatra "detecta" que ministro tiene fotofilia y es hipomaniaco

Una cosa es ser y otra parecer. El ministro del Interior, Daniel Urresti, proyecta una imagen ante los medios que lo ha convertido en el integrante más popular del gabinete. Pero ¿cuáles son los rasgos de su personalidad que realmente lo definen?

Aunque no se puede establecer un diagnóstico de la personalidad sin antes haber entrevistado más de una vez al paciente, psicoanalistas de larga experiencia observan las características más resaltantes del titular del Mininter.

RASGO EVIDENTE. Urresti se muestra en las pantallas de televisión casi a diario, a diferencia de los que lo precedieron en el cargo y de sus colegas ministros de la actual gestión.

Para Alberto Péndola, presidente de la Sociedad Peruana de Psicoterapia Psicoanalítica de Pareja y Familia, el militar en retiro tiene fotofilia, tal como se conoce al amor por las luces y las cámaras.

“Es alguien al que evidentemente le gusta la cámara. Le da satisfacción”, dice el médico psiquiatra.

También advierte que a los periodistas les agrada este rasgo, pues los demás ministros no son así ni hablan como él. Daniel Urresti da material de portada a los medios.

Este rasgo también se hace evidente cuando es el propio Daniel Urresti el que llama a las radios porque se está debatiendo sobre su gestión, se denuncia la falta de acción de la Policía o simplemente se habla sobre temas de seguridad ciudadana.

HIPOMANÍACO. Según explica Péndola, Daniel Urresti también es hipomaníaco. Esta condición la observa en las diferencias en los estados de ánimo del ministro. “Es muy acelerado, pero en otras ocasiones se deprime. Él mismo lo dice. Tiene tanto de hipomanía como de depresión”, acota el experto.

Otro psicoanalista a quien se le consultó sobre Daniel Urresti para este informe es Moisés Lemlij. “Todo lo que puedo decir es que está por encima de mi capacidad de comprender. Estoy derrotado tanto por él como por las simpatías que despierta. No estoy en capacidad de comprenderlo y más aún estoy en capacidad de comprender por qué resulta atractivo”, señala con cierta ironía el especialista.

Con su respuesta hace referencia a la personalidad avasallante del ministro y a la gran popularidad de la que goza.

CONTRADICCIÓN. En más de una ocasión ha dicho que acabará con la delincuencia y la corrupción en el país. Estas no solo son promesas que le hacen ganar la simpatía de un sector de la población; también evidencian una contradicción.

“Hay una cierta discrepancia entre lo que él siente que puede hacer y dice, y lo que en realidad puede hacer. Dice que sus objetivos son acabar con la inseguridad ciudadana y con la corrupción. Son objetivos demasiado grandes, que no los va a cumplir él ni nadie”, menciona Péndola.

Tampoco cree que pueda derrotar a la delincuencia que acecha a la pobladores, pues no es ningún tonto. “No lo cree, pero no porque quiera engañar. Está hablando en el sentido del ‘sí se puede”, dice el especialista.

En la personalidad del titular del Interior también se advierte la ingenuidad, según Péndola. Se manifiesta cuando destaca el cariño que la población le profesa y piensa que esta le basta para convertirse en presidente.

En cierta ocasión, Urresti contó en una entrevista que los niños se le acercan. “Los chiquitos me quieren. Me ven y dicen ‘Urresti’, ‘Urresti”, narró. “Es parte de la ingenuidad de este hombre, en el buen sentido de la palabra. Alguien le ha dicho ‘te quieren los niños, tienes ese nivel de popularidad, puedes ser candidato para el 2016”, analiza Péndola.

ANTE LA PRENSA. Urresti ha protagonizado discusiones con algunos periodistas. A un joven comunicador que hace poco dejó las aulas lo llamó “prospecto de periodista”.

Si se le repregunta sobre un tema, suele mostrarse incómodo y contesta con una frase típica como “Ya respondí sobre ese tema”. Para Péndola, Urresti quiere decir con esto “yo estoy hablando y tengo que seguir. No me interrumpan”.

“Si le hacen perder el hilo de lo que dice, después le es difícil seguir. Se recursea de manera populachera, pero cuando los periodistas son puntuales, pierde”, concluye el psiquiatra.

Pero por el nivel de aceptación que Urresti tiene, se le verá en pantallas por un tiempo más.