Julio Demartini toma un sorbo de agua porque siente que puede convertirse en el tercer ministro de este Gobierno en ser censurado por el Congreso.
Ayer, el ministro de Desarrollo e Inclusión Social fue vapuleado por la mayoría de bancadas al no satisfacer con sus respuestas un pliego interpelatorio de 14 preguntas.
Demartini fue convocado al pleno del Parlamento por su incapacidad al frente del Midis y por su falta de respuestas ante la intoxicación de escolares que recibían productos del programa Qali Warma.
En el pleno, se defendió de las críticas y cuestionó que Noemí Alvarado Llanos, la extrabajadora de Frigoinca, no dice la verdad. Así, minimizó la credibilidad de la exfuncionaria que reveló que dicha empresa habría entregado carne de caballo a Qali Warma desde el 2021.
Sin embargo, las bancadas de centro y de derecha no creyeron en la versión del ministro que, de acuerdo a las posturas de las bancadas, debería ser censurado en los siguientes días.
VAPULEADO
Héctor Acuña, legislador de Honor y Democracia, dijo que Demartini debería hacer cambios y comenzar por sí mismo porque atenta contra la salud.
Germán Tacuri, del Bloque Magisterial, opinó lo mismo y agregó que debe haber un costo político.
Su colega, Ariana Orué, de Podemos, coincidió. “¿Acaso el ministro le va a dar de comer carne con moho a la presidenta? Lo cambian”, indicó.
Desde Perú Libre, Flavio Cruz sostuvo que no hubo mea culpa en sus declaraciones.
Héctor Valer, de Somos Perú, opinó que Demartini siempre supo que se le entregaba carne de caballo a los escolares.
Al final, Jaime Quito, de la bancada socialista, anunció una moción de censura.
Más temprano fue interpelado Eduardo Arana, titular del Ministerio de Justicia, quien respondió un total de nueve preguntas relacionadas a la política penitenciaria y el excesivo hacinamiento en los penales del país.