Al menos treinta grupos familiares vienen trabajando actualmente en el Congreso, hecho que evidencia la falta de meritocracia y control en las contrataciones dentro del Parlamento y que afecta mucho más la imagen de esta institución del Estado, que ya se encuentra deteriorada.

Según la última encuesta nacional de Datum Internacional de junio de 2025, un 88 % de los ciudadanos rechaza su labor, mientras solo un 8 % la respalda.

Un informe del diario El Comercio reveló que unos treinta grupos familiares laboran en la sede Legislativa. Se precisa que estas relaciones incluyen vínculos entre hermanos, esposos e incluso hijos de funcionarios parlamentarios.

La investigación da cuenta que muchos de estos familiares trabajan en oficinas distintas dentro del Congreso, lo que podría ser un intento por minimizar sospechas de favoritismo o de prácticas de nepotismo.

Debido a que el Congreso está excluido del régimen de la Ley Servir, ello permite que las contrataciones se realicen sin concursos públicos ni evaluaciones basadas en méritos, favoreciendo el ingreso por vínculos personales o políticos.

El exoficial mayor José Cevasco calificó estas prácticas como un mal uso del poder de influencia y propuso que la Mesa Directiva del Congreso implemente acuerdos para prohibir estas contrataciones y exigir procesos meritocráticos para acceder a los cargos.

La investigación también documentó casos específicos de familiares que trabajan en la planilla legislativa con salarios similares y residiendo en el mismo domicilio.

Esta situación afecta a todas las bancadas, desde Fuerza Popular y Renovación Popular hasta agrupaciones de izquierda, reflejando un sistema institucional que promueve el amiguismo y limita la oportunidad para profesionales calificados sin contactos políticos.

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