El Frontón fue cerrado a finales de la década de los 80 luego de un motín que terminó en la muerte de más de cien reclusos. (Foto: Archivo/GEC)
El Frontón fue cerrado a finales de la década de los 80 luego de un motín que terminó en la muerte de más de cien reclusos. (Foto: Archivo/GEC)

El incremento del sicariato, extorsiones, secuestros y otros delitos, así como el hacinamiento de los penales en el Perú han sido el argumento para que un número de congresistas ponga en debate -sin sustento técnico- la posibilidad de reabrir el penal .

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Lejos de ser una iniciativa inviable por los costos que implica (ver ángulo), el centro penitenciario que funcionó hasta fines de la década de los 80 tiene una serie de historias oscuras que van desde el encarcelamiento de políticos, intentos de fuga y hasta un motín que terminó con la sangrienta muerte de cientos de internos.

El Frontón fue fundado en 1917 durante el gobierno de José Pardo y Barreda. A 12 kilómetros del noroeste del Callao y al sur de la isla San Lorenzo, el penal también conocido como “La Isla del Diablo” inició con la construcción de tres pabellones para los internos. (Foto: Archivo GEC)
El Frontón fue fundado en 1917 durante el gobierno de José Pardo y Barreda. A 12 kilómetros del noroeste del Callao y al sur de la isla San Lorenzo, el penal también conocido como “La Isla del Diablo” inició con la construcción de tres pabellones para los internos. (Foto: Archivo GEC)

INICIOS

El Frontón fue fundado en 1917 durante el gobierno de José Pardo y Barreda. A 12 kilómetros del noroeste del Callao y al sur de la isla San Lorenzo, el penal también conocido como inició con la construcción de tres pabellones para los internos.

Aunque primero albergó a condenados por homicidio y violación, posteriormente incluyó a terroristas y a presos políticos.

Uno de los casos más recordados tiene como protagonista al líder de Acción Popular Fernando Belaúnde Terry, que en 1959, cuatro años antes de asumir la presidencia, fue detenido por violencia y desacato.

El excongresista relata que el exlíder de la lampa se encontraba en la Pampa de Vítor (Arequipa) camino a la ciudad para participar en un mitín en contra del gobierno de Manuel Prado Ugarteche.

Ante el temor de que esta manifestación tuviera éxito, fue detenido.

En El Frontón no tardaría en planificar su fuga por lo que se puso de acuerdo con el senador Miguel Dammert para que lo esperara en una embarcación cercana.

Incluso, dejó una carta al director deen el que lamentaba su autoliberación.

El escrito concluye con la frase: “Dios siempre perdona y la patria siempre espera”.

Un día antes del plan de escape, Belaúnde Terry salió al medio día con los otros presos para el receso, pero se sorprendió al ver el vehículo de su cómplice.

“Dammert tuvo la mala idea de hablar con el papá de Belaúnde, que era Rafael y le sugirió la idea de que no se escape”, cuenta ´Vitocho´.

Al no estar enterado del cambio de planes, Fernando Belaúnde empezó a nadar pero nunca pudo embarcar porque una patrulla de la guardia republicana empezó a disparar.

“Lo llevaron preso otra vez junto a dos delincuentes -un asesino y un asaltante- que habían seguido a Belaúnde, pero que no sabían nadar”, contó el exlegislador.

Esta la carta que dejó Fernando Belaúnde Terry antes de fugarse de El Frontón. (Foto: Archivo de Víctor Andrés García Belaúnde)
Esta la carta que dejó Fernando Belaúnde Terry antes de fugarse de El Frontón. (Foto: Archivo de Víctor Andrés García Belaúnde)

Otros políticos que fueron encerrados en El Frontón pertenecieron al Partido Aprista Peruano.

De acuerdo con el libro “Historia del Apra” de Percy Murillo Garaycochea, existe un documento de denuncia firmado por presos en junio de 1935, el mismo que hace referencia a más de dos mil apristas que pasaron por esa cárcel.

El libro da cuenta del aprista Víctor Manuel Peralta, un estudiante de 19 años que murió en El Frontón como consecuencia de maltratos y falta de atención médica.

También se menciona a un joven aprista de apellido Oviedo que murió por torturas y una alimentación deficiente.

Mientras que otros presos del partido de la estrella fallecieron por falta de atención médica oportuna.

De “La Isla del Diablo” también intentaron huir Víctor Manrique Olivares y Óscar García Ramírez, dos sentenciados vinculados con atentados terroristas.

Eran las 9 de la noche de diciembre de 1985 cuando un grupo de empleados penitenciarios que se dirigía al muelle del Callao en una lancha, divisaron a dos hombres que braceaban desesperados.

Al dirigir los reflectores hacia los cuerpos, los identificaron y capturaron.

PELIGROSOS

Uno de los criminales más peligrosos que tuvo El Frontón fue Guillermo Portugal Delgado, quien se ganó el apelativo de “La gringa”, luego de fugarse en dos oportunidades, una de esas vez con un disfraz de mujer y una peluca rubia.

Él llegó al penal en el año 1966 por haber cometido dos homicidios y asaltar bancos.

Un archivo periodístico que recoge su testimonio, menciona que mientras la mayor parte de sus compañeros pasaban el rato, él “caminaba, leía mientras pensaba cuándo y por dónde me escapo”.

Tras cumplir su condena, dejó el penal muy anciano y se le perdió el rastro.

Otro hecho oscuro que vivieron los muros de fue la presencia de un hombre apodado “El Sargento”.

Un hombre de origen provinciano que fue recluido a seis meses de prisión por el robo de gallinas en una comunidad en Ayacucho. Sin embargo, la inofensiva apariencia que tenía desapareció en el penal.

Los registros dan cuenta del asesinato, en defensa propia, a un avezado delincuente. Aunque después mató a dos presos más.

El Frontón albertó a "El Sargento", un hombre preso por robar gallinas que luego mató a otros tres delincuentes en el penal.
El Frontón albertó a "El Sargento", un hombre preso por robar gallinas que luego mató a otros tres delincuentes en el penal.

MASACRE

La madrugada del 18 de junio de 1986 se produjo un motín organizado por en el pabellón azul, zona en la que eran recluido los presos condenados por el delito de terrorismo.

En simultáneo ocurrían motines en los penales de Lurigancho y Santa Bárbara.

Los internos de El Frontón tomaron de rehenes a personal penitenciario y de la Policía, que estaban a cargo de la custodia de los penales.

El entonces viceministro del Interior Agustín Mantilla llegó al establecimiento para ordenar la suspensión del diálogo con los internos.

Al promediar las 3 de la tarde del 19 de junio, iniciaron las acciones militares de parte de los integrantes de la Marina de Guerra.

De acuerdo con la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, la Marina ingresó con armas tradicionales, bazucas, dinamitas, entre otros elementos.

Luego de demoler el pabellón azul, más de 100 internos fueron llevados a una zona de la isla conocida como “los baños”.

Según testigo, fueron asesinados con disparos y bayonetas.

Los hechos tuvieron como consecuencia la orden del cierre definitivo de El Frontón y un proceso judicial.

La madrugada del 18 de junio de 1986 se produjo un motín organizado por Sendero Luminoso que terminó en la muerte de más de 100 presos. (Foto: Archivo GEC)
La madrugada del 18 de junio de 1986 se produjo un motín organizado por Sendero Luminoso que terminó en la muerte de más de 100 presos. (Foto: Archivo GEC)

POSIBILIDAD

El año pasado se presentaron tres proyectos en el Congreso que plantean priorizar la reconstrucción de El Frontón. Sin embargo, para el exjefe del Instituto Nacional Penitenciario (INPE) Leonardo Caparrós, la posibilidad es lejana debido a los altos costos que implicaría para el Estado.

Caparrós relató que cuando estuvo a cargo del INPE, durante el gobierno de Alan García, también existió una iniciativa en el mismo sentido.

Por ese motivo, acudieron a la isla con ingenieros para hacer un estudio y evaluar los costos que demandaría reabrir El Frontón.

“La propuesta es económicamente compleja. Se hizo un estudio de la construcción y el mantenimiento, en ambos casos, lo que arrojaba es que los costos podrían hasta triplicarse”, afirmó.

En diálogo con Correo, el exdirector del explicó que los gastos no solo involucran la construcción, sino también el mantenimiento.

Al no existir un servicio de agua potable, debe hacerse el traslado en balsas, así como el combustible y otros elementos.

A esto debe sumarse los costos que implicaría llevar a las visitas y a los servidores públicos al centro penitenciario.

“Todos los costos involucrados en construir y mantener ese penal, son monstruosos”, alertó.

Además, Caparrós dijo que aunque el penal El Frontón sea reabierto, esto implicaría colocar al menos 200 presos, cifra que no ayudaría a reducir el hacinamiento de 45 mil presos.

“Lo que tenemos que hacer de manera urgente es mejorar la capacidad de los penales existentes y avanzar en la construcción de al menos dos penales más”, propuso.

En el Perú existe una población penitenciaria de más de 93 mil presos. (Foto: INPE)
En el Perú existe una población penitenciaria de más de 93 mil presos. (Foto: INPE)