Minutos después de anunciada la vacancia presidencial, la Plaza San Martín, escenario de gruesas manifestaciones antes de la pandemia, comenzó a nutrirse de gente.
Minutos después de anunciada la vacancia presidencial, la Plaza San Martín, escenario de gruesas manifestaciones antes de la pandemia, comenzó a nutrirse de gente.

Minutos después de anunciada la vacancia presidencial, la Plaza San Martín, escenario de gruesas manifestaciones antes de la pandemia, comenzó a nutrirse de gente.

Sin embargo, a diferencia de las mayoría de ocasiones en las que fue punto de concentración de movilizaciones, dicho espacio del Centro de Lima no solo reunió ayer a ciudadanos que rechazaban la destitución de Martín Vizcarra como presidente de la República, sino también personas -y en mayor cantidad- que respaldaban la votación del Parlamento.

La Plaza San Martín no fue más que un reflejo de la polarización que experimentó ayer el país. En redes sociales, como en las calles, fueron diversas las manifestaciones en contra de la vacancia, como también a favor.

Julio Guzmán, precandidato al sillón de Pizarro y líder del Partido Morado, convocó precisamente una protesta en dicho punto de la capital en oposición a la vacancia.

“Salgamos a la calle, de forma ordenada, respetando a la gente, respetando los protocolos, pero salgamos”, declaró desde dicha plaza.

Luego de que el ahora exmandatario aceptará la decisión parlamentaria, Guzmán, en diálogo con Canal N, manifestó: “El presidente tiró la toalla”, para luego agregar que él no lo haría, pese al reducido número de simpatizantes que lo seguía.

En las calles de diversos distritos, asimismo, se apreciaron varios “cacerolazos” también a favor y en contra de la salida de Vizcarra.

APOYO. Pero Guzmán no fue el único líder político que rechazó la vacancia. Lo propio hizo el expresidente Ollanta Humala, quien dijo que tal medida es un error del Legislativo por la que va a “tener que asumir las consecuencias”.

A su turno, el presidente del PPC, Alberto Beingolea, tildó la decisión de irresponsable. Asimismo, cuestionó los llamados a protestas por parte de otros políticos.

Finalmente, el también precandidato presidencial George Forsyth fue más allá y calificó la vacancia como un “golpe de estado disfrazado”.