El papa Francisco y sus pasos por la alfombra política
El papa Francisco y sus pasos por la alfombra política

Un conservador que se volvió populista. El jesuita Jorge Mario Bergoglio, actual , era un actor político cuando fue designado -en marzo de 2013- el 266° papa tras la sorpresiva renuncia del sumo pontífice .

La salida del clérigo alemán fue vinculada con el escándalo de los “Vatileaks”, que exponían las luchas de poder dentro de la Iglesia católica.

LOS INICIOS

Jorge Mario Bergoglio nació en Buenos Aires (Argentina), en diciembre de 1936, en el seno de una familia católica y de origen italiano. Era el mayor de cinco hermanos. Desde muy joven mostró su picardía por el fútbol y su fanatismo por el equipo San Lorenzo de Almagro. Pese a tener una tímida y humilde personalidad, gustaba de jugar fútbol en la calle. En una crónica de la revista Gatopardo, Graciela Álvarez, vecina de infancia del Papa, cuenta -con simpatía- que, como ese juego estaba prohibido, “cada vez que venía la Policía (Bergoglio) salía corriendo”.

Tras haber superado una neumonía y la extirpación parcial de su pulmón derecho, decidió convertirse en sacerdote a los 21 años. Para ello, ingresó al seminario de la Compañía de Jesús, en Chile, donde estudió latín, griego y retórica. También fungió de docente de religión.

De regreso a su tierra natal, fue -junto a otros jesuitas- director espiritual de jóvenes católicos, miembros de la agrupación peronista Guardia de Hierro.

COMPAÑÍA DE JESÚS

 Entre 1967 y 1970, Bergoglio recibió enseñanzas del teólogo Juan Carlos Scannone, fundador de la filosofía de la liberación, postura que influyó profundamente en su pensamiento. Visitaba con frecuencia a personas enfermas y pobres, se reunía con dirigentes sindicales que buscaban mejoras salariales y, al mismo tiempo, era un asiduo lector de Jorge Luis Borges y Fedor Dostoievski, así como amante del tango.

En 1976, tras el estallido de la dictadura en Argentina, Bergoglio -como miembro principal de los jesuitas- habría buscado dialogar con sacerdotes en peligro de secuestro y con quienes habían sido liberados.

Sin embargo, en el 2010, el hoy Sumo Pontífice tuvo que testificar ante las autoridades de su país tras haber sido acusado de denunciar a dos sacerdotes de la Compañía de Jesús ante el régimen militar de Jorge Rafael Videla.

El periodista e historiador argentino Marcelo Larraquy señala -en una entrevista para el programa Aquí y ahora en el 2013- que durante este periodo Bergoglio entró en un aislamiento por la tendencia progresista que empezó a surgir entre sus pares.

“Ese Bergoglio abandonado es rescatado por un conservador, que es (Antonio) Quarracino. Acá hay un Bergoglio que, a diferencia de su mentor, empieza a trabajar en la parte pastoral y política con un discurso mucho más fuerte”, explica sobre el cambio de postura que adoptó el jesuita en torno a problemáticas sociales como el narcotráfico, la trata de personas o la falta de empleo.

“Hay un Bergoglio ahí que alza la voz contra el kirchnerismo en defensa del equilibrio de poder y es tomado como enemigo político”, agrega el autor de los libros Recen por él y Código Francisco.

POSTURA

Con el paso de los años, Bergoglio fue consagrado obispo (1992) y arzobispo (1998) de Buenos Aires. Durante este periodo, el periodista Martín Ale, de la revista Anfibia, afirma que Bergoglio “era una figura política importante que articulaba con dirigentes sociales y de partidos sindicales”. “Cuando lo mirabas no veías a un cura, sino a un dirigente político”, agrega en diálogo con Correo.

En 2005, como cardenal, se vio frente a propuestas legislativas que buscaban la legalización del matrimonio homosexual y el aborto en Argentina. Ese mismo año, Bergoglio había quedado segundo entre los candidatos cardenales menores de 80 años para suceder a Juan Pablo II.

“Era el momento en que se discutía en Argentina lo que se conoció como la ley del matrimonio igualitario, donde él (Bergoglio) fue un ferviente opositor. Su discurso de hace seis años ha cambiado, ahora es mucho más abierto”, explica Ale.

Esta variación también es señalada por Larraquy en sus libros, en los que afirma que el jesuita ha mostrado una “capacidad de adaptación” que le permitió pasar de ser un conservador en la década de los 70 a una tendencia de izquierda, que criticó al presidente de EE.UU., , y propuso alianzas con su antecesor, 

En cuanto a los motivos por los que el papa Francisco aún se mantiene alejado de su tierra natal, Ale afirma que ello podría deberse a “la lectura en clave política” que su presencia causaría en su país.

“Creo que está esperando el momento en que las pasiones políticas se aplaquen un poco en Argentina para que su visita al país no sea malinterpretada”, señala sobre la inconformidad que habría mostrado Francisco con el gobierno de Mauricio Macri. “Si este gobierno es reelegido en 2019, quizá Francisco podría llegar a Argentina (…). Para entonces ya no le quedarán muchos países por visitar en América Latina”, expresa.

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